lunes, 27 de febrero de 2012

CUALQUIER TIEMPO PASADO...




Cualquier tiempo pasado nunca fue mejor ni peor, fue tiempo vivido con lo que había, Como ahora sucede. Casi todo se va mejorando, poco a poco, pedetentim. De todos modos, son muchos días sin entrar en el blog, lo que significa, ni más ni menos, que la normalidad aún no ha llegado y que me he sentado aquí un rato después de haber puesto en marcha el lavavajillas y de dejar "como un jaspe" la cocina. Lo que no he hecho, lo hará mañana la muchacha que ayuda en casa desde la infortunada caída de Carmen. El carnaval ha traído y llevado de una carne a otra -carnestolendas- a los amantes de la cosa carnal y de las modas ligeras de ropas, como ha de ser. Ahora no aparecerán en un tiempo breve -Semana Santa- con la excitación plena que acaba meando en la calle entre los coches o donde díos les ilumina, que hasta para mear hay que tener gusto. Calabardina se abre cara al verano y la vida diaria transcurre entre la rehabilitación y el deseo de que acabe. Se ha marchado ya la angustia de los primeros días y eso es una buena noticia. Pronto volveré al lugar del nunca debía ser sustraído




Todo estaba al pairo. Mariano Hernández me ha solucionado todos los problemas de tipo electrónico: TV, ordenador y adláteres. Así que, mientras ahora mismo digo estas vacuidades escucho música en un programa llamado ROCHOLA o algo parecido. Me ha puesto en orden y escaneado las fotos familiares y ya no sé que decir más de él, que me ha alegrado estos meses difíciles que he pasado demasiado alterado. Gracias, de nuevo, inmensas gracias. Y te hago saber que te llegará lo prometido.


Se propone un ejercicio: Monjas Mercedarias, alrededor de los años 1950-1952. Las caras son casi las mismas, sólo que hoy van a entrar en los setenta años.


Este es Castillo-Navarro, novelista lorquino. La foto es de la autoría de mi hermano Alejo, por lo que tiene (c). Hace ya un tiempo, se celebró un Congreso sobre su vida y obra. El día 6 de marzo he de ir a Lorca para presentar las Actas de ese congreso. Mientras tanto, que Dios reparta suerte.