viernes, 28 de abril de 2017

EN EL CIELO DE LOS JUSTOS

Alicia Bleiberg acaba de comunicarme el fallecimiento y entierro de su madre. Falleció pacíficamente a los 97 años de edad. Es una realidad que sean muy poco los que hayan conocido esta efemérides porque ahora pocos o muy pocos tienen en cuenta estas cosas. Era esposa de Germán Bleiberg, poeta garcilasista primero y una voz honda y personal después, sobre todo en su etapa neoyorquina, de la poesía española de la postguerra, aunque hoy permanece olvidado.. Debió ser una belleza porque el enamoramiento fue un flechazo. Fue una mujer inteligente e intelectual, universitaria, trabajadora. Cuando la naturaleza la venció, pasó sus últimos días en lugar apropiado, porque su hija Alicia es ya bastante mayor y es ella la que necesita cuidados. Dios la acoja en su cielo y que su cuerpo descanse en paz. Un abrazo muy fuerte a su familia a la que conocí en el verano de 2015.

JPQ DIXIT Y POR ELLO LE DOY LAS GRACIAS


Quiñonero: pensamiento, literatura, imagen


Si tuviese que decir lo que pienso, refiriéndome a otro, diría que trabajos de este tipo justifican una obra.
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El libro Juan Pedro Quiñonero: pensamiento, literatura, imagen (Diego Martín Editor), de José Luis Molina, se abre con una cita de Santos Sanz Villanueva:
“JPQ acomete, en el último trecho del franquismo, una de las aventuras literarias más radicales de nuestras letras, congruente con un radicalismo moral y político al cual sus libros proporcionan forma escrita…”.
A partir de ahí, a lo largo de doscientas páginas, José Luis analiza mis primeros escritos en INFORMACIONES de las artes y las letras, mis primeros libros (Proust y la revoluciónRuinasMemorial de un fracaso), mis colaboraciones en Destino y Cuadernos Hispanoamericanos, la totalidad de mis ensayos y novelas, para terminar intentando comprender cómo esa obra en marcha se relaciona con mi fotografía y la escritura de este blog / cuaderno de notas (12.423 entradas, 54.203 comentarios, más de cuatro millones de visitas, al día de hoy).
Miro hacia atrás, vuelvo al índice del ensayo de José Luis, y… vanidades al margen, advierto que es muy raro que un estudioso se detenga con tanta minuciosidad y generosidad en la obra de un escritor.
José Luis conoce mucho mejor que yo, sin duda, los recovecos de una obra parcialmente dispersa en periódicos y revista. Lleva muchos años explorando ese laberinto íntimo, que yo tengo parcialmente olvidado.
Su trabajo de rescate de mis cosas en Destino y Cuadernos Hispanoamericanos abruma por su minuciosidad.
Su análisis de Memorial de un fracaso me recuerda que ese volumen es la síntesis del primer Quiño.
Su comparación de las dos ediciones / versiones de Escritos de VN permite comprender la evolución de su autor, que soy yo.
Su perspectiva de la mi homenaje novelesco a Italo Calvino, seguido de la trilogía de Caína (La locura de LázaroUna primavera atrozLa dama del lago) instalan esos libros en una perspectiva que va mucho más allá de mis novelas.
Sus comentarios sobre De la inexistencia de España y los seis volúmenes de la serie Una temporada en el infierno recuerdan que, en verdad, esos ensayos son una parte esencial de mi trabajo, entre el seguimiento de la actualidad, en este blog, y mi reflexión de fondo sobre la naturaleza histórica de España.
José Luis ha tenido la santa paciencia de seguir mis locuras incluso a través de los comentarios y análisis de una larga relación de colegas y amigos… Santos Sanz Villanueva, Rafael Conte, Tono Masoliver, Ricardo García Cárcel, Juan Ángel Juristo, A. García Galiano, Jordi Amat, Baltasar Porcel, Gonzalo Sobejano, Fernando Quiñones, Rosa María Pereda, José María Pozuelo Yvancos, Fernando Valls, Sergio Vila-Sanjuán, José Julio Perlado y los anónimos redactores / redactoras de la entrada JPQ en Wikipedia, aparecen puntualmente, entre bastantes otros, comentando con amistosa generosidad mis sucesivas locuras.
¿Cómo no estar abrumado..?
José Luis termina su libro evocando las relaciones, más profundas de lo que pudiera parecer, entre mis ensayos, mis novelas y mi fotografía última, a partir de un legendario y mal conocido poema de Vladimir Nabokov, La instantánea. Detalle que ilumina la raíz primera y más secreta del origen último de mi obra.
Quede constancia de mi gratitud, bastante emocionada, oigan. Con un abrazo grande, grande.
Amén.
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PS. Sospecho que, tras esta filípica, quizá debiera tomarme unas bien merecidas vacaciones, en algún hotel de la Costa Azul de luminosos recuerdos.

COMENTARIOS

  1. Bravo! Me sumo a las felicitaciones. A tí, al autor, y a tus lectoras & lectores: esta parece ser una guía magnífica para seguir tus muchos meandros creativos
  2. Me hubiera gustado estar más preparado para hacer una cosa mejor. Hay un argumento positivo: te lo mereces. Encaso contrario, hubiera estado callado. En segundo lugar, hay que observar que muestro tu teoría y argumento con tus escritos. Bien es verdad que te conozco bien, a ti y a tu obra. A la obra en sí y a ti como autor. Por eso, he procurado que seas tú el protagonista. Ojalá lo haya conseguido. Abrazos desde Lorca. José Luis
  3. Quiño, ya falta menos para el Cervantes.
    Lo afirmo desde la convicción. “De la inexistencia de España” es ya un libro canónico, se coincida o no con las tesis planteadas.
    – Saludos tarraconeneses –

jueves, 20 de abril de 2017

ÚLTIMO LIBRO PUBLICADO


Acaba de salir de la imprenta el libro que tenéis en la imagen. Juan Pedro Quiñonero (Totana, 1946) es el corresponsal en París desde 1983 del diario ABC. Es el creador de un blog que se llama unatemporadaenelinfierno que, al menos yo, visito diariamente. Ensayista, novelista y fotógrafo flâneur. Se puede encontrar el libro en las librerías de Diego Marín, Murcia.
Santos Sanz Villanueva le escribe a Paris hablándole del libro y JPQ le responde:

Me alegran mucho tus palabras. Ese libro comienza con una cita tuya, de una generosidad que me ruboriza.
Si... JLM me ha consagrado un tiempo, trabajo y energías que me abruman, desde hace años.
Decir que cosas así "justifican una vida" quizá suene un poco altisonante. Pero, en verdad, algo hay de eso. Generosidades al margen, JLM me conoce mucho mejor que yo mismo, sospecho. Y ha tenido la santa paciencia de buscar, repescar y poner en perspectiva muchas cosas que yo mismo tenía olvidadas. En fin... una alegría profunda.

Después, JPQ se refiere a mí:

"Sí, coincido en tus reflexiones sobre la marcha general de los negocios públicos / culturales. Dicho eso, sigo siendo un creyente en las cosas de la palabra. Y trabajos como el tuyo, de lectura, anotación y clasificación me parecen tan o más esenciales que ayer. En una sociedad donde "todo vale", el trabajo de quienes ponéis orden en todo ese lío comercial es pura y sencillamente indispensable, si. Y quienes vengan, mañana, os lo agradecerán muy mucho, claro."

¿Y qué me dice Santos Sanz Villanueva a mí?

Amigo José Luis: ¿qué tal te va? Te veo tan emprendedor e infatigable como siempre. Eso deduzco de tu Quiñonero, al que le he echado un buen vistazo --aunque lo dejo pendiente de una lectura reposada con lápiz porque hay cosas que subrayar-- y me ha gustado, además de apreciar un intenso trabajo. He tenido una impresión curiosa: tu escritura tan libre me parece estar influenciada --lo digo en sentido positivo-- de la escritura del propio JPQ. Por otra parte, cumples una gran labor de reivindicación, y de simple presencia en la sociedad, de un escritor tan interesante como desatendido. Quizás por la exigencia/dificultad de su obra, quizás por su planteamientos políticos/ideológicos/ morales. Así que enhorabuena y un cordial abrazo.

sábado, 1 de abril de 2017

MAGDALENA CAMARGO LEMIESZEK, DONCELLA CON MANOS (III) CONTINUACIÓN




La doncella sin manos
Padre, aquí están mis manos.
Yacen sobre la hierba, inertes,
como si no hubiesen conocido movimiento.
Como si nunca hubiesen estado unidas a mi cuerpo,
nacido conmigo, sostenido una piedra
y aplastado, con esa misma piedra, los caracoles del jardín,
o dibujado figuras en la nieve
cuando mi boca no había conocido todavía las palabras.

Ya no las reconozco.
Podría decir, incluso, que nunca fueron mías.

Ahora se hace tarde. El sol se oculta
del lado opuesto al acostumbrado,
no busca la montaña.
Se dirige lentamente al bosque,
dejándose caer sobre las ramas,
y la tierra tiembla
porque las raíces se agitan con violencia,
presintiendo la música del incendio,
la imagen del bosque encendido como una hoguera que brilla
                                                                                  para nadie,
y el fuego danzando como el oficiante de un rito
cuya cadencia alguna vez conocimos,
pero ya hemos olvidado.

Y sin que una sola hoja arda
el sol se hunde hasta posarse en la tierra,
como si el fuego hubiese perdido toda consistencia,
y como una fruta que dividimos con las manos
el sol se abre
y la luz es un licor viscoso
y desde la semilla surge la silueta de un hombre
sin rostro y sin sombra.
Solo un contorno oscuro que deambula para recobrar lo que ha perdido.

Y sé, así como la criatura que intuye el aliento de la fiera oculto
                                                                             tras la fronda,
que soy la presa y el tesoro.
Y vendrá aquella silueta y se detendrá frente a mí
y me tenderá su mano para llevarme consigo.
Y yo devolveré el gesto, olvidando por completo el peso del acero,
las amapolas que brillan a mi lado,
y que me pertenecen esas manos que yacen,
inertes,
en la hierba.

Así se abre el libro de referencia, el que nos ha dado pie para hacer alguna divagación sobre el libro que nos ocupa, La doncella sin manos. Hay dos características que quiero señalar en su poesía porque son importantes y no quiero que se me olviden. La primera es la desmitificación del cuento que comparte título con el libro de poesía de MCL.

Magdalena Camargo Lesmiezek. Photo Sara Marin
Como supongo que ya habréis leído el cuento de los Grimm, puedo señalar que el hombre viejo que aparece en dicho cuento no es otro que el demonio. También dejo señalado que en el libro de MCL siempre aparece la "silueta de un hombre sin rostro y sin sombra". Concretamente, en este poema aparece "un contorno oscuro que deambula para recobrar lo que ha perdido". En el cuento, para librar a la niña de caer en las manos del demonio, un ángel la protege. Ella misma, tras la cobardía paterna por la que es desposeída de sus manos, decide emprender una nueva vida que la lleva a ser reina, a que las manos vuelvan a su manera original y a que el rey le hiciera unas de plata que sólo sirven para reconocerse. Quizá sean los premios por ser buena aquella niña a la que su padre le corta las manos por su ambición, por hacerse rico. Magdalena Camargo Lesmiezek, quizá por la práctica de un feminismo comedido, al menos en su lenguaje, cosa que le agradezco, decide escapar a cualquier proteccionismo y no ve claro eso de apartarse de la tentación, digamos, sino que es capaz de aceptar la mano que se le tiende. Es conocedora de su poder, al verse presa y tesoro, y eso es un halago para ella. Al menos, un aliciente. Y sabe también que esa mano tendida para llevarla con él ofrece una aventura mayor que si se queda cumpliendo su cometido: "Yo le devolveré el gesto". Hay que leer de nuevo el poema, una vez en posesión de todos los elementos de comprensión, si se quiere gozar del escrito de la poeta polaco-panameña. El cuento queda desprovisto de cualquier connotación religiosa, luego hay una superación intencional, y apenas hay referencia alguna erótica.
La segunda característica que quiero dejar señalada es algo casi puramente formal. MCL titula todos los poemas. Pero muchos de estos títulos apenas anticipan lo que va a suceder en el poema o ni siquiera tienen relación. El significado del título se va conformando según y cómo el poema se construye porque las palabras van ahormando secretamente el pensamiento/sentimiento que en el momento de coger el lápiz para escribir está lacerando y haciendo sufrir a la poeta en este caso. Porque crear hace sufrir. Manos, en el poema, tiene un significado metafórico. La poeta no reconoce las manos a pesar de haberlas tenido para garabatear con sus dedos en la nieve polaca. El olvido de las manos en la hierba viene a indicar la aceptación de un nuevo paisaje que es el de la hierba panameña, superada la emotiva situación de una territorialidad que un momento le creó problemas de señas de identidad superados con total inteligencia. (Continuará)


Lalka

a ti, a tu voz de muchacho
Es cierto, amor mío, que no estoy al norte.
No hay flores de sílice en mis jardines.
Me habitan zorros transparentes,
la escarcha tatuada en el rostro de las ramas,
y un piélago sin islas,
abierto frente a ti como una mano.
No soy la vera de tu viaje
ni la aurora agitándose como un pañuelo en la noche interminable,
por meses arrojada contra los relojes,
por meses, de pie, entre nosotros.
Ahora sabemos que el frío también es un lenguaje,
y que la vastedad de la tundra aguarda como otro paraíso.
No olvides, amor, la turbia porcelana de mi cuerpo,
el almidón de mis trajes cambiado por polillas,
el pelo derramado, revuelto por la sombra,
hoy que el siete es la premonición de nuestro abismo,
el sombrío perfil de nuestra cuerda,
el ángulo triste
y la caída.

Este es un poema juvenil de Magdalena Camargo Lemieszek






viernes, 24 de marzo de 2017

MAGDALENA CAMARGO LEMIESZEK, La doncella manca, o séase, sin manos (II). (Continuación)


APARICIÓN DE NIX EN EL BOSQUE
Un musgo bermejo ha cubierto la silueta del bosque.
El romero reverdece
y sus hojas se afilan como agujas de esmeralda.
En la rama del sauco la noche es un mirlo
y de su trino algo se derrama,
desciende como una gota
y luego de la gota surge la serpiente,
que se arrastra en el temblor de su plumaje
y sobre el corazón que late como una granada brevísima y madura.
Sigue descendiendo, hiedra transparente,
el sereno va esmerilando sus contornos
y justo en el momento previo a la caída
es una perla de canto que se hace fruto,
un péndulo de sangre

que crece
y se hace más dulce con la niebla.
En la solapa de LA DONCELLA SIN MANOS, de Magdalena Camargo Lemieszek, Madrid, Rialp, 2016, accésit del premio Adonais 2015, para magnificar el libro premiado, en cuyo jurado estuvo Eloy Sánchez Rosillo, se nos indica que el libro tiene algo que ver con el cuento de los hermanos Grimm La doncella manca, pero no nos dicen nada de su afición a los autores grecolatinos. Sabedor de que su autora había participado en talleres literarios tanto con escolares como con adultos, profundicé algo más en esta cuestión. Algunas de las cosas sugeridas por el libro las he expuesto en una reseña que aparecerá en PUENTE ATLÁNTICO, revista online de ALDEEU. Al tiempo que aparezca en la dicha revista, la colgaré en el balcón de esta calle tranquila y así se podrán leer mis divagaciones.
Magdalena Camargo Lemiezek,
Poeta polaco-panameña
El poema que acaban de leer es el segundo del libro de referencia. Y mi interés radica en establecer cierta relación entre ambos textos, La doncella manca y La doncella sin manos, que viene a ser lo mismo. Aunque la versión más leída de La doncella manca es la de los Grimm, la primera que se conoce pertenece a Philippe de Remi, siglo XIII. El libro de Adonais no es una poetización del cuento, sino una excusa para literaturizar muy bellamente sentimientos no sólo afectivos, sino íntimos, personales y ambientales de la poeta. Este poema sirve para entender el poso lúcido de cultura clásica que atesora Magda Camargo Lemieszek, aprendida de la lectura de los autores grecolatinos, o bien procedente de la de Mujeres que corren con los lobos (Barcelona, Ediciones B, 1998), de Clarissa Pinkola Estés, que le dedica el capítulo 14, a La doncella manca. Pues bien, dicho esto, y añadiendo que Clarissa Pinkola nos regala con una explicación antropológica del cuento, tengo a bien exponer una referencia a la poesía órfica. Viene a cuento porque Nix significa noche en griego, aunque algunos autores prefieren NYX, porque NIX significa también nieve en latín. Noche es Nox en latín y Nix en griego. Esta palabra, Nix, tiene su importancia en fragmentos de poesía atribuidos a Orfeo. La noche, en su cueva, decía sus oráculos. La teogonía órfica recoge ecos de teogonías orientales y concede un papel esencial a divinidades marginadas del repertorio hesiódico, como Nix, el Tiempo, Fanes, y habla del Huevo Cósmico primordial, o del Reinado de Dioniso. Hesíodo en su Teogonía cuenta que Hemera, hermana de NYX, entraba en el Tártaro cuando aquella salía y viceversa. El día y la noche no se han visto nunca. También aparece NYX en el libro XIV de la Ilíada y en Megara tenía un oráculo. Su culto se encuentra también en Éfeso.
Por otro lado, a los hijos de Hipnos y Pasitea los llamaban oniros. Uno de ellos era Fobétor, el que asusta, hijo de NIX, diosa de la noche. Sirve esto para explicar que Fobétor aparecía en los sueños con forma de serpiente, pájaro o cualquier animal. Morfeo era la forma humana de los sueños y Fántaso la vegetal o inanimada. Ekelos eran las pesadillas. No se olvide que en este poema se habla de la serpiente. Visto esto así, puede ser que la poeta hable de un sueño nocturno. Quizá así el poema se lea con mayor provecho. Porque algo de mistérico tiene esta poesía afortunada, por quien la escribe y por quien la lee. Todo esto lo expone casi mejor Ovidio, Las Metamorfosis XI. 633-645. Que aproveche.


Mas el padre, del pueblo de sus mil hijos,
despierta al artífice y simulador de figuras,
a Morfeo: no que él ninguno otro más diestramente [635]
reproduce el caminar y el porte y el sonido del hablar.
Añade además los vestidos y las más usuales palabras
de cada cual. Pero él solos a hombres imita. Mas otro
se hace fiera, se hace pájaro, se hace, de largo cuerpo, serpiente:
a él Ícelo los altísimos, el mortal vulgo Fobétor [640]
le nombra. Hay también de diversa arte un tercero,
Fántaso. Él a la tierra, a una roca, a una ola, a un madero
y a cuanto vacío está todo de ánima, falazmente se pasa.
A los reyes él y a los generales su rostro mostrar
de noche suele, otros los pueblos y la plebe recorren.


Conocía yo que el saúco es árbol medicinal. Pero he buscado en internet algo que no acababa de tener seguro. Efectivamente. Es un árbol con potencial mágico. En todas las civilizaciones aparece en este sentido. Para los cristianos es el emblema de la pena y de la muerte. Los gitanos lo consideran árbol maldito y no lo utilizan en sus hogueras. Según la tradición teutónica, se le relacionaba con la ninfa Hyldemoer, que habitaba en sus ramas y no dejaba que cortasen el árbol. En esta misma cultura, los enterradores medían a los muertos para hacer sus ataúdes de saúco. Los serbios se casan llevando una ramita de saúco, señal de que la unión será duradera. Los anglosajones las ponían encima de la puerta para impedir la entrada de las brujas. En el Tirol, ponen una cruz de esa madera para que el alma del difunto descanse en paz (www.botanical-online.com/medicinalssauco.html).

Volveré sobre el libro. Si para entonces ya se lo han leído... pues mucho mejor

miércoles, 22 de marzo de 2017

LA DONCELLA MANCA, O SÉASE, SIN MANOS (I). MAGDALENA CAMARGO LEMIESZEK




Son muchos los libros de poesía que llegan a la casa de mi santa esposa al cabo del año. Mis principales proveedores son Eralucana, mi hija murciana y yo mismo. Con una diferencia. Eralucana me busca poetas que pueden ser o son como yo. Después sucede que unos me gustan y otros tampoco o sí. Pero me abren un gran horizonte sabiendo que puedo llegar más lejos, aunque nunca llegaré a nada como poeta, sobre todo, dada la edad que ya tengo. Porque como persona, estoy destacando en no soportar a los tontos cercanos ni los ruidos que crean. Me refiero a los que hacen o dicen tontunas sin necesidad, porque entonces me zurre la cabeza. Bastante tengo con soportar mis acúfenos. Mas pienso que será cosa de la edad dichosa y de los dichosos siglos aquellos. Entre una y otra cosa, hay una gran diferencia: yo sí me reconozco en mis escritos porque son míos y devuelven mi imagen. Cuando soy yo quien adquiero libros de poesía, busco muchas cosas a la vez: por qué este poeta ha llegado y el otro no; por qué este me parece un alguien sometido al sistema; por qué lo de las señoras me parece un paquete comercial; por qué lo de las feministas es otra historia alejada de la poesía de verdad, no del canon clásico; por qué alguna que otra editorial abre colecciones para los poetas pop, o sea, los que pestañean con una guitarra en el metro, se juntan ahora con más guitarras en las ferias de los libros de los pueblos, en las que hay tantos sombreros como guitarras y los libros valen poco (no me refiero a lo crematístico), sino a tipo letrista sabinesco, porque hasta ahí llegan como postmodernistas que son, incluidos los licenciados sin trabajo. Todo esto lo aprendí en Segovia, hace un par de años este verano. Lo que menos entiendo de estos poetas pop es su igualdad de atuendo y su música cencellada y de las poetas feministas que sólo hablen de su tampax y de su zaranda y además te dibujen su cosa en la pared tropecientas veces como si fuesen podemitas y cercanas a ese ayuntamiento del que aparentemente huían y sólo es el juego del que fue a Sevilla perdió su silla. Aunque me pregunto si a eso se le puede llamar feminismo o insoportable exhibicionismo tontuesco, y de ahí mi malhumor. Pero se venden tantos libros de estos que al final el que no ponga su cosa en forma de poema no va a ser poeta, ni zaranda, ni sevillano.
Tener una hija en Murcia es tenerla más cerca que si estuviese en Ponferrada. Pero, de cuando en cuando, me trae a su casa lorquina unos títulos de poesía de los que alguna vez me interesa alguno. Los libros son como las corbatas; no se debían regalar nunca. Las corbatas no me gustan multicolores y si me regalan una pues allí se queda. Y los libros me gustan de suaves pastas que no parezcan de editorial de todo a cien con mil dibujos en la portada, dibujos que han de incluir una tía buenorra porque así la cosa es más poética y vende más. Y los que no son así, es decir, propios de personas normales, se quedan en el limbo de las cosas sin fuste, o séase, los castigo a que permanezcan en ese lugar que no echa gusto a nada, como muchos de los sant@s actuales, incluidos los de la misma familia. ¡Qué hermoso es tener un poet@ en casa! Pues bien, esta última vez ha acertado con La doncella sin manos, que tiene una relación y no de semejanza con el cuento de los hermanos Grimm. (Continuará).

martes, 17 de enero de 2017

MIENTRAS PERSIGO EL VUELO PROLONGADO DEL MIRLO



Asomado a la ventana, mientras persigo el vuelo prolongado del mirlo que se pierde a mi mirada, diviso, allá a lo lejos, casi en la línea del horizonte, la alegre lozanía de Mojácar, colgada a mitad de la montaña. Me digo que parece un bello paisaje para iniciar la mañana e intento recordar alguna anécdota de las tantas veces que la visité. Busco de nuevo el vuelo del pájaro y me preguntó si tendrá su nido en el jardín de la casa de enfrente.
La casa de enfrente está rodeada de un alto muro que la esconde a las miradas curiosas. Por encima asoman las delgadas ramas de un sauce llorón, un azufaifo frondoso y un ciprés oscuro. En las ramas de estos árboles anidan multitud de pájaros que arman una tremenda algarabía cuando se acuestan y cuando se levantan. Así que, muchas tarde, salgo a la puerta para escuchar sus trinos y sus pequeños líos que, me imagino, montan, como los niños, a la hora de dormir. Cuando todo se hace silencio, regreso a casa y retomo el trabajo abandonado.
El trabajo abandonado me lleva a un aparente enfado conmigo mismo porque no soy capaz de iniciar satisfactoriamente cuanto he de escribir y ya debía de haber entregado al periódico, una puñetera crónica de la inauguración de una exposición de una pintura que me parece ya vista o que, quizá, no acabo de entender. Necesito analizar qué dice el pintor, necesito saber cuál es su propósito, sobre todo si no me cautiva desde el primer momento la pintura.
La pintura, desde el primer momento, me molestó. Se notaba un pintor con oficio que perdía el tiempo haciendo cuadros medianos con la sana intención de que se los comprasen, al tiempo que sabía que pocos iban a caer en la trampa. No, no era mediocre el resultado final de la pintura. La sensación de tener que seleccionar un cuadro de la exposición y tener que contemplarlo todos los días me resultaba tan penosa como tener que escuchar a Bach todo el día y todos los días seguidos The Art of Fugue, BMV 1080, prefiriendo los Concertos for Oboe. No me llega un destello de luz ni de color y opto por abandonar ese trabajo no iniciado. Quizá halla en esa pintura una belleza desperdiciada. Me parece que el pintor es uno más de los que acompañan a los indiscutibles pintores actuales. Sí, sí, lo veo, este pintor tiene muchos colores cantables, huidizos, escasamente sobrios, quizá ecológicos por limpios. Pero no sé, falta modernidad, no es evidente la búsqueda de  la belleza. Una abstracción es el mejor camino para acabar pronto de visitar una exposición. Es un viaje ordenado que concluye en la puerta de la sala de exposiciones de la galería. Aquí hay una dualidad antagónica presente y ausente según qué búsqueda se hace. Pero se desprende una sensación inconformista como una queja cercana a la condición trágica de la sombra. Así que esta pintura necesita una investigación mayor con referencia a la moda imperante para comprobar si es un camino personal o que le ha podido pensar en que estaba pintando poesías pintadas, cuando no encuentro interacción quizá por mi perplejidad crítica en esta actualidad. Que sí, que no existe ideal de pureza, sino incertidumbre manierista. Pero, ¿cómo hago llegar esto al público? ¿Lee el público la crítica de una exposición? ¿Le interesa la crítica al pintor? Quizá haya hecho una mala lectura poética porque esos paisajes deslumbrantes de color parecen versos idílicos en un entorno que se puede intercambiar y entonces el mensaje, si es que lo tiene, cambiaría. Quizá por ello procede variar los cuadros de colocación haciendo primero un análisis del lugar en el que los cuadros cuelgan como jardines irritantes de una Babilonia nueva que cuelgan de una utopía que parece la idea de una continuidad ahistórica. Así le voy encontrando un cierto argumento a cuento había visto desordenado por la mirada del pintor. Es que se les olvida a los pintores que si bien hay una producción pictórica también se necesita la teoría de un discurso que no tiene por qué partir de la naturaleza. Pero, claro, seguir por este camino me obliga a decirle al pintor que no se debe fiar siempre de su carácter intuitivo. El código utilizado se desmaterializa virtualmente y, cuando se materializa se convierte en adorno del paisaje abstracto. Mejor cerrar los ojos dejarme llevar por la inercia, cerrar los ojos y tratar de abarcar, como entretenimiento, las tinieblas por las que debe aparecer el color, la forma inexistente, la materia, y recomponer las piezas. Cuando acabe esta tarea, me pondré a escribir.

Pero sólo me sacará de estos escombros la exactitud de las formas que no hay en este frondoso cuadro que resultará improductivo y que pasará ser una definición de lo absoluto. Y todo porque el crítico anda de regreso y presiente que traspasará las reglas de la vida y del arte y se dejará caer antes de llegar al caos. Es una pintura que no dice lo que tiene que decir, es una pintura cómoda. 

martes, 3 de enero de 2017

EN MI INFANCIA TAMBIÉN HABÍA JUGUETES E ILUSIÓN


La Catedral. Felipe FIX

Mis primeros juguetes los recibí en la postguerra, quizá por el año 1947, si mi memoria no me falla. Antes debí tener los que correspondían a mi edad: cosas para el colegio y para la vida diaria. Los Reyes Magos le traían al Niño Dios oro, incienso y mirra. Tenía un significado simbólico de carácter religioso. Era la Iglesia Católica la que marcaba el rumbo festivo, en realidad, el ritmo de todo, en nuestros pueblos pobres de entonces. Aquellos juguetes, como eran tan humildes, se rompían con nada y algún niño sádico jugaba con la rueda rota más que cuando el cochecillo estaba entero. Había juguetes de hojalata y juguetes de madera. Los mejores juguetes eran aquellos que la ilusión magnificaba y parecían algo importante. Como la cosa no daba más de sí y no había más regalos hasta el día del santo, estábamos tan ilusionados con recibirlos la víspera de Reyes. Hoy como los juguetes están a la orden del día en cualquier comercio para que los Reyes Magos los cojan, los niños, durante la Navidad, se sientan o se tumban en los sofás o sillones y se pasan las horas muertas con los móviles y otros juegos que de ellos salen misteriosamente. Es algo tan bonito que me doy la vuelta y me meto en mi cuchitril y me pongo a escribir tontunas como esta o cosas más serias, como la poesía de Tina Escaja. Esta mañana, me han llevado a Calabardina. Una niña de las que iban en el coche ha pasado el tiempo del trayecto desde la playa a Lorca hablando por el teléfono móvil. Como, cuando yo era niño, no había de eso, no lo echaba en falta. La verdad es que tampoco necesitábamos juguetes. Nos bastaba con la imaginación. No sé aún cuál es lo mejor.


lunes, 2 de enero de 2017

SOLTANDO LASTRE

Josefa Ayala Ferreira o Josefa de Óbidos (1630-1684),
monja sevillana que pinta en esa localidad portuguesa

A la velocidad que va el calendario romano, es hora de adorar al Niño al que El Corte Inglés y el Mercadona le van a traer muchos regalos, entre otros más, como las petroleras y la banca. Y el Putin se los llevará a Siria y el Trump donde se le ponga, que no hay mayor tontería que creer que lo que dice un almendro es algo digno y, además, que mande en una nación hasta hace poco tan seria. Yo creo que Jesucristo inició hace ya más de veinte siglos su redención de los pobres, que parece no haber llegado a toda la tierra, para no ver este mundo con coletas despeinadas y con gente que no busca la paz, como el sátrapa Maduro, cuya presencia es aún un mal presagio, o como el recién incinerado, dicen, Fidel Castro que ahora vive in saecula saeculorum con su amigo Chavez también incinerado, ambos de infeliz memoria. ¿Por qué no aceptan lo que pide nuestra fe y sueltan a los presos políticos?
Aunque haya que callarse, porque hay que respetar a los que no respetan nuestra religión, aún no nos hemos quejado de que nos estén metiendo de nuevo, o nos hayan metido ya, en las catacumbas. Pero hay que hacerlo ya. Yo quiero Reyes Magos y no Calendario Chino ni dinosaurios suelto por los parques para niños.
Lo siento por vosotros, queridos amigos que me estáis leyendo, pero a mí me queda poco para ver tanta gilipollez que se canta y se cuenta como si fuera la verdad y saber que el laicismo sólo produce Carmenas y Colaus y Rufianes a los que hay que aguantar. Pero si eso es lo que quiere la gente que vota, pues, adelante, no pierdan el tiempo. A mí me quedan pocos años de vida. Pero iré diciendo cosas para dar la misma lata que a mí me dan. Es un tipo de intercambio cultural.
Esto es como el comportamiento educado que mantenemos con los catalanes separatistas, charnegos muchos de ellos y maltratados que fueron a su pesar, andaluces, murcianos y extremeños. Ahora se suman a los independentistas para borrar ese insulto que los traumatizó en su día. ¿Verdad que sí? ¿Por qué sus politicuatres nos ponen cara adusta cada vez que hablan de la puta España, como si nosotros tuviéramos la culpa de que ellos sean como son? ¿Por qué tengo que soportarles lo que parecen -y lo son- insultos? ¿Verdad, Tardá? Quizá no lo sean y resulta que los ellos -por no dar nombres- sólo se representan a sí mismos. Es feo el negocio, pero le pedimos al Niño que ilumine a los políticos para que la cosa quede en cosa. Y lo mío sólo es defensa personal, para que no me hagan la cobra.
Bueno, pues todo eso es lo que pido no suceda a ese Niño casi recién nacido. Los Reyes Magos deben traernos la ciencia suficiente para saber solucionar esa problemática a la que yo no he contribuido. Y todo porque no quiero meterme con los políticos que sólo buscan una bufanda para ganar mucho de la manera que sea. Sólo a ellos, no a todos. Porque todos no son iguales. Porque no son políticos sino gente que sólo busca lucrarse a pesar del sufrimiento de la gente. Espero -no lo creo- que el Niño Dios ayude a llevar con paciencia las cosas de nuestro prójimo. Amén. Que si no es una oración, lo siento, porque quiero que lo sea. Cada día necesita una oración. Y esta es la de hoy. La de ayer fue poesía.

domingo, 1 de enero de 2017

LA SOLEDAD DE LOS MIRLOS DE ABRIL

















DEFINICIÓN DE CABARNA

Aquí mismo estaba Cabarna antes
de que yo la reinventara y mudara
de nombre y la hiciera ficción.
Siempre fue Calabardina, mediterránea
orilla azul, mar de mi reposo.
Cuando eliminé -dicho sin piedad-
cuanto había repudiable, según yo,
en mí, también mutilé lo innecesario
de su nombre y la bauticé,
por mi potestad de creador, CABARNA,
con agua de sal impoluta, trasparente.
La llené de aves a partir de marzo
y en ella anidaron mirlos, alcaravanes,
vencejos, golondrinas, alondras, totovías,
la llené de sueños mágicos con ruiseñores
y jilgueros y nubes de todas clases y niebla.
En su mar lavé mis culpas -¿ajenas?-
y ella me despojó, ejecutora propicia,
de mi silencio solitario, haciendo de esta
conjunción tierra de promisión en la que
habito mientras la fábula se hace mítica:
la abandonaré con mi voz antigua,
en algún lugar de mí, cuando exceda
mi materia convertida en nostalgia,
mientras Dios es único objeto de amor.
Si no está, hay una ausencia disfrazada.
Como cuando no te encuentro.

Foto: José Luis Molina

Sirva este poema para felicitar el Año Nuevo 2017