domingo, 1 de julio de 2012

NO ENCUENTRO LO QUE BUSCO, PERO SÍ OTRAS COSAS


Carme Riera

Estoy buscando un libro todo en árabe escrito por Marita Arcas que le publicó, si no recuerdo mal, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, simplemente por ojearlo, echarle un vistazo, u hojearlo, o sea, pasar sus hojas. No le he encontrado hasta ahora, porque los libros que me traje a Calabardina están muy desordenados y algunos ya en cajas. El sitio que hay para libros es el que hay. Así que, los demás van de un lado para otro, de una habitación a otra, porque hay que limpiar y estorban donde los ponga, como yo. Reconozco que la culpa es mía por seguir comprando libros que van a estorbar en la casa de la calle tranquila. Anoche estuve buscando de nuevo hasta las tantas y encontré algunos que a esa hora de la noche me decían cosas y hoy apenas recuerdo por qué los puse aparte. He abierto esta mañana, hace muy poco, el libro cuya portada reproduzco. En su página primera, encuentro una anotación de mi puño y letra: "Obsequio de la autora, 20 de marzo de 1989". Pues sí, he mantenido amistad con Carmen Riera -permítaseme que castellanice su nombre- durante años y he adquirido casi todos sus libros, es decir, hasta que dejaron si no de interesarme, porque escribe bien bellas historia, sí de emocionarme y seducirme. Muchas veces, los autores se repiten y escriben lo ya escrito, o forman parte de una promoción editorial, una vez adquirido renombre, porque sus libros se venden como rosquillas una vez conocida, o sus temas no van con mi estado de ánimo. Hay que escribir como se escribe, no para que la gente tenga una lectura cómoda y fácil. Le he escuchado conferencias y quiero decir que es -era- una mujer muy interesante que ya está situada. Pertenece a la Real Academia Española, que no es poco. Nació en Mallorca, en 1948, y en la isla ambientaba sus primeras novelas, en aquella guerras que provocaban las invasiones de piratas o ingleses que asolaban las islas, o en aquellas purgas inquisitoriales que servían para enviar judíos a la hoguera.  Me entusiasmaban esas novelas, como me sedujeron en su época Caballos hacia la noche, de Baltasar Porcel, o aquellas de Caballero Bonald tituladas Ágata ojo de gato (1974), Toda la noche oyeron pasar pájaros (1981), En la casa del padre (1988) y/o Campo de Agramante (1992), o la de Fernando Quiñones, La canción del pirata (1983). Licenciada y doctorada en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona, es catedrática de Literatura Castellana en la misma. Escribe en catalán y castellano y es miembro de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana. Entre otros premios, ha obtenido el Nacional de Narrativa en 1995.  Tengo por ahí Te dejo, amor, el mar en prenda (1975), Pongo las gaviotas por testigo (1977) Una primavera para Domenico Guarini (1980) y Por persona interpuesta (1989). Tengo aquí en la Cala una ensayo sobre los poetas de la llamada "escuela de Barcelona" y, posiblemente, a causa de él, abandoné su lectura. Tengo en una mano el Gos Màgic y en la otra el diccionario catalán - español con el que me ayudo, situación casi obligada por desconocer el catalán y no aprenderlo por decreto. El libro cuya portada ilustra esta entrada pertenece a la mal llamada literatura infantil y no puedo dárselo a mis nietos porque bastante tienen con el francés, inglés y el alemán. Dice así...

Però Màgic era ben conscient (i aquell monument que el poble de Fosclluc li dedicava n'era la millor prova) que ja mai no podría tornar a bellugar-la... Això sí, no l'havía perduda en cap acció deshonrosa ni ningú, per mor de befa o escarni, s'hauría atrevir a tallar-la.
Pero Mágic era bien consciente (y aquel monumento que el pueblo de Fosclluc le dedicaba no era la mejor prueba) que ya nunca podría volver a moverla... Eso sí, no la había perdido en ninguna acción deshonrosa ni ninguno, por burla o escarnio, se habría atrevido a tallarla.
El cuento comenzaba antes, pero me he detenido en la primera página que ha aparecido tras abrir el libro de cualquier modo. El diccionario que uso es de la editorial Miracle y lo adquirí en 1986, en Figueras, lugar de Dalí y sus huevos cósmicos, Gala y los Piranesi que están -estaban- subiendo la escalera y era en donde me detenía para su contemplación. Jamás entendí que Las Cárceles del Alma (Carceri) estuviesen colocados en ese lugar pues, si el amante de la pintura o dibujo, se detenía, se interrumpía la subida con el consiguiente lío. Otro público iba a ver a Mae West o el coche del patio. Sin embargo, había muy buena pintura en el Museo de Dalí. Ya ha llovido un tiempo.

Mae West
Calabardina, 1 julio 2012
José Luis Molina Martínez


No hay comentarios:

Publicar un comentario