sábado, 30 de junio de 2012

CASTILLO-NAVARRO Y "mala mata mala"

Castillo Navarro (c) Foto La Verdad
Hace días informé en esta Calle Tranquila de la visita que Castillo Navarro me hizo a la casa en la que habito entre ruidos veraniegos y la mala educación de los que gritan, sea en el idioma que sea. Castillo Navarro, como persona puede o no ser estimado, se puede tener o no su amistad, se puede admirarlo o no, que eso es lo de menos porque pertenece al ámbito de lo personal, de lo íntimo. Por ello, sin negar que me creo amigo suyo y le estimo, no es mi misión manifestar nada relativo a la amistad que proclamo. Porque mi interés radica primordialmente en su literatura de la que declaro admirador, tanto por la profundidad y valor humano de sus novelas como de los temas que trata. Además, es lorquino, razón de más. Una vez dicho esto, vengo a decir que le devolví su visita, que estuve en Copo Terre y que, de nuevo, volvió a verme a la Calle Tranquila de la Cola de la Cala. Así que toda esta parafernalia sólo tenía por motivo el que le pusiera en orden la novela mata mala mata. Lo más interesante de la novela se inicia por el título, que se puede leer de tres formas al menos: como he dicho antes; mata, mala mata; mata mala, mata; también podemos intentar la siguiente: mala, mata, mala. Ello puede ser así porque una característica de este escrito, casi 700 páginas, es la utilización como recurso literario de una ruptura con la puntuación tradicional, por la que todos los párrafos se inician con minúscula y las comas, en muchísimas ocasiones, brillan por su ausencia. Castillo Navarro quiere publicar, al menos eso dice, que después las circunstancias obran a favor o en contra del deseo, su obra inédita. Pero duda -¿dudaba?- entre los CUENTOS PARA APRENDER A VIVIR, que le hacen mucha ilusión y MATA MALA MATA, por las razones que apunto. Desde 1974, Castillo Navarro no ha publicado, pues ese año apareció en español EL CANSADO SOL DE SEPTIEMBRE, que había aparecido antes en francés, con el título que ustedes leerán en su portada, que incluyo al final de este texto. Por lo tanto, desde LOS PERROS MUEREN EN LA CALLE, de 1959, no ha publicado novela alguna que permita explicarse el lector por qué dejó abruptamente la escritura y no ha dado ninguna razón de cara al público lector ni siquiera a los críticos o estudiosos de su obra. Los perros mueren en la calle abre una temática nueva en su producción: posiblemente sea una de las novela que primeramente se publican dentro de la tendencia "novela urbana", casi al final del realismo socialista. Pero mata mala mata es otra cosa. Es una ruptura tan grande con lo anterior que merece la pena leerse. Es una sorpresa para el lector. En su día,  años 1970 y siguientes, pues quizá las inició después del rodaje en la costa almeriense de Lawrence de Arabia, con Omar Sharif, film del año 1962, Castillo Navarro hacía fotocopias de su escrito, incluso regaló algunos ejemplares, y de ella hablaba. Más de lo truculento que de lo literario. ¿Qué cuenta? La excusa para introducir en un paraíso una serie de personajes que aparecen con otro nombre, como Dominique Aubier, el doctor Tomatiss, Hans Hartung, Marcella Altieri y otros personajes significativos de la época, hace ya cuarenta años, es la creación de una sociedad inmobiliaria en Cantigueras, lugar mítico en el que se sitúa la acción. Obviamente, todos estos personajes aparecen con nombres cambiados, pero, repito, son sólo un avispero de relaciones humanas que es lo que da contenido a la novela. No hay que leer la novela realizando una búsqueda de quién se esconde o no detrás de un nombre nuevo. Tampoco sale ninguno de ellos malparado, al menos esa es mi creencia. Si se publica, será por su voluntad, sobre todo, si se tiene en cuenta que introduce en la misma bastante datos biográficos de su infancia y juventud. Yo sólo pienso en lo literario, pero también cuido de poner en conocimiento de su autor si encuentro algo que falta al decoro que se debe a las personas. Así que estoy puesto a la tarea de ordenar los manuscritos y ver las correcciones que hizo José María para introducirlas en la misma. Literariamente hablando sería una sorpresa que cambiaría totalmente la visión que de Castillo Navarro se tiene como escritor. Todo esto lo ha decidido después de ver las Actas del Congreso que sobre su obra se realizó hace ya un par de años.


Calabardina, 30 junio 2012
José Luis Molina Martínez


viernes, 29 de junio de 2012

CUESTIÓN DE HORAS (Dies fugit)

En las librerías de dos ciudades tan culturales como Águilas y Lorca, no he podido adquirir el libro de Inma Pelegrín, Cuestión de Hora (Dies fugit) por el que tenía un noble interés para proceder a su lectura que, iniciada tras recoger en correos el sobre en el que venían los ejemplares adquiridos, he debido interrumpir porque otros menesteres a los que presto atención diaria tras el terremoto lo han exigido así. Pero, después de la comida y el sestero que cae en esas horas eternas en las que el calor del verano nos castiga con rigor, hasta hacernos sudar y sentirnos molestos, he escaneado la portada del libro y variado su color para que sea más visible.


Pero todo parece lo mismo, así que le restituiré el color primitivo porque tampoco aporta mucho lo que acabo de hacer. Mi primera impresión es muy grata. Es una poesía aparentemente fácil pero que encierra la dificultad de lo sencillo. En segundo lugar, es una poesía gratamente femenina, con ese enfoque de cosas y situaciones que sólo una mujer consigue de una manera frágilmente sencilla pero que, no sólo en el fondo, sino en la apariencia bajo la que se construye, es de una fortaleza envidiable:
Por los huecos que deja la persiana
una difusa luz
dibuja en la pared
una hilera de puntos.
Flota, indolente, el polvo sobre el aire,
sobre los muebles,
sobre la mañana,
sobre el simple ejercicio de vivir.
Cada día mi cuerpo
pierde un millón de células.
Cada día se rompen o desgastan
millones de millones de utensilios
al trasluz del azar.
Ahora mismo una estrella,
de no sé qué galaxia,
se está volviendo polvo.
Mientras que, con su baile
de siglos y carcoma,
el universo danza en el salón.
Así que, tras lo leído en la página que precede a este poema que se inicia a las seis de la mañana, es fácil deducir que el libro nos va a transmitir una experiencia de un día en la vida de la poeta que, como para casi todos los 'currantes', queda marcada por el reloj, del que la hora es una evidencia. Y eso advierte graciosamente y con mucha originalidad la poeta al comienzo del libro: "Esta, y las demás leyendas al principio de cada sección, son inscripciones de un reloj de sol", lo que constituye un leit motiv que arrastra la carga de afectividad que hace que el poema circule en la cercanía de una situación humana fácilmente experimentable. Sólo que la poeta ha estado muy atenta y lo expone como una lección de vida aprendida diariamente. La poeta ha alterado levemente el tópico clásico (tempus fugit) pero todo viene a ser lo mismo, sobre todo, si se trata de las cosas que suceden en la vida que son cuestión de horas.


Incluyo también la primera leyenda sobre la que se construye el libro, o mejor expresado, la primera sección del libro. En sucesivas entradas iremos explicando lo que nos ha impresionado o emocionado del texto que vamos a concluir cuando baje un poco la hoguera que no encendieron el día de San Juan y que hoy, día de San Pedro, cae como si de lluvia se tratase.

Calabardina, 29 junio 2012
José Luis Molina Martínez


miércoles, 27 de junio de 2012

MARITA ARCAS, PREMIO ELIO DE LORCA (Asociación Amigos de la Cultura)


María del Dulce Nombre Arcas Campoy, Marita Arcas para los amigos, ha sido galardonada con el Premio Elio de Lorca, que otorgan los componentes de la Asociación Amigos de la Cultura, mediante su voto libre y ponderado. Es un barco del que tira Chon Pérez-Castejón Abad, desde hace unos años al frente de la misma. Marita Arcas es Catedrática de la Universidad de La Laguna. Trabaja en el Departamento de Filología Clásica y Árabe. El día 26 del próximo mes de octubre, que está a la vuelta de la esquina, se le hará entrega del mismo en una cena a la que espero asistir, no tanto por la amistad que existe entre ambos, que la hay, cuanto por el placer de verla y hablar con ella tras muchos años sin mantener una conversación, siempre grata con una mujer como ella, por los diversos motivos que una vida pone en juego: enfermedades y otras historias que evitan la coincidencia. Obviamente, si pongo aquí estas letras y cuelgo esta fotografía que me envió con motivo de la entrada de su nombre en La Gran Enciclopedia de la Región de Murcia, que tuve la voluntad y la satisfacción de escribir, o con otra excusa que ya pertenece al olvido, el imposible ars oblivionalis que diría Umberto Eco, es para airear este suceso que alegrará a sus amigos y familiares. Y a cualquier persona mínimamente sensibilizada con los temas culturales, en oposición a los productivos. Tampoco está tan mal que en esta sociedad de la ignorancia que nos acosa y arruina, que se adueña de un espacio que no le corresponde y lo sustituye por la nada, por el vacío, de cuando en cuando, haya una noticia cultural que se acoja con alegría real, no de modo ambiguo. No puede sonar a extraño si manifiesto que la literatura árabe me cautiva, aunque parezca y sea algo entre el sí y el no, por no decir algo así como enmascarada en cuestiones relativas al sexo, porque lo mismo se canta al joven de escaso vello en el rostro, o que gasta la primera pelusilla, pero grato para compañía nocturna porque es de plácido sueño, que a la bella hurí del Paraíso, llena de todas la virtudes que los hombres buscan en ellas, si es que el Edén o los Campos Elíseos y la Pradera de Manitú son una realidad que merece la pena o que esperan los creyentes de estas razas, lenguas o religiones, que yo, con unos pocos libros doctos, pronto me contento, pues mi mesa ha de ser austera por prescripción facultativa, que me va a encarecer el copago, para llenar las arcas que otros han vaciado impunemente y ahora aparecen como nuevos profetas que acabará en un nuevo expolio. Mi fe no llega hasta tanto refinamiento. Pero sí espero con paciencia cuanto de poesía tiene traducido nuestra paisana premiada recientemente, porque la leeré con el placer de un lector exigente porque es su traducción y su sensibilidad está en ella. Y si es de algún poeta árabe de Lorca o que estuvo en Lorca, mejor que mejor. Seguiremos con esta agradable noticia que generará otras que se podrán leer en la web de la Asociación y en este blog de la calle tranquila que se encuentra cerca de la cola de la cala.


Calabardina, 27 junio 2012
José Luis Molina Martínez

martes, 19 de junio de 2012

NADIE MANDA EN EL LUGAR DE LOS MUERTOS

Tobías curado de su ceguera. Tejeo (c)
Nadie, que no sea el poder, por la espada
perecerá. El bosque, convertido en claustro
habitable, nunca ha sentido el protector
aliento de la bondad hasta que llegó
Ivanhoe.
¿Alguien se ocupó antes de su bienestar,
de su desarrollo, de su deterioro notable,
de sus más imperiosas necesidades?
¿Alguna vez los esbirros del poder han
acudido al habitáculo agreste para otra cosa
que no sea exprimirlo, esquilmarlo,
aumentar sus impuestos, quitarles la libre
opción de vivir, de morir, de romper
el límite, de ampliar su horizonte?
Hemos de salir de aquí y romper
la estructura
que sólo para ellos funciona.
Hay que fundar un poblado nuevo
en un nuevo lugar, como hizo
Ascanio de Elia,
en el que no puedan entrar los sicarios,
donde no exista la ambición
de acabar con el hombre.
Son los mediocres los que concluyen
con los que intentan impedir el expolio.
Nada tiene que ver el hombre humano
con los problemas financieros
y está pagando el despilfarro
y el latrocinio de otros.
No hay que conformarse
aunque sólo quede después
el lugar de los muertos:
eleva sus muros para que el que entre
no pueda salir ni explicar
cuál sea el secreto de la vida,
el que buscamos conocer como noble
explicación de la existencia,
de mi vivir en la Calle Tranquila de la Cala.

Calabardina, 19 junio 2012
José Luis Molina Martínez

EN LOS BOSQUES DE SHERWOOD (Un casi poema en casi prosa)



Sí están presentes las naturales y sombrías
situaciones materiales y espirituales
de los seres humanos. Somos humanos
por necesitados,
por oprimidos,
por engañados,
por castigados sin motivo,
por zarandeados por el poder
que dice ocuparse
del hombre,
de su raza,
de su parentela
y parece que únicamente ha llenado
su zurrón,
su cartera,
su cuenta corriente
-según en qué época nos devalijase-
a costa de todos nosotros,
trabajadores honrados,
creyentes hombres de bien,
mientras ellos son,
evangélicamente escribiendo,
sepulcros blanqueados,
ángeles satánicos,
embusteros y embaucadores crónicos.


Jamás harán nada por nosotros:
saben lo que pensamos de ellos
y no se avergüenzan;
saben lo que hablamos de ellos
y no se avergüenzan;
saben que están desprestigiados
y no se avergüenzan;
saben que son como los puercos de Circe
y no se avergüenzan.
Es más, viven tranquilos porque saben
que el sistema -el sistema es el poder-
les protege;
porque saben que, si alguien alza
con exceso
su voz en el bosque de Sherwood
y se dicen estas verdades verdaderas,
el sistema -el poder- ahogará su voz
y de paso apretará la garganta a poco
que se esfuerce y creará, sin saberlo,
un silencio vengador.
Pero estas voces destempladas
se acabarían si viesen
que los demás hombres
son de su misma raza, lengua y religión
o de ninguna, pero sí seres humanos.
Mas, en verdad, no se puede estar
esperando que Dios los castigue
en la otra vida, habiendo esta.
Los pobres,
los desvalidos,
los estafados,
los engañados,
sólo tenemos fe
en el bosque de Sherwood.


Alzo mi voz en el desierto
de su desvergüenza
para que nadie diga que
los poetas no saben escribir prosa,
no saben qué pasa en la vida,
siendo, como son,
seres humanos, hombres y mujeres,
no dioses inspirados por los mitos.


Siempre he sido disidente.
Desde hace un tiempo cercano,
me considero fuera de su territorio.
Mi calle es tranquila y vivo
a la orilla del silencio de la Cala.
Pero las injusticias golpean mi rostro
como si fuera una ola marina
en un día cualquiera en el que el mar
está muy agitado, muy solemne, muy harto.


Calabardina, 19 junio 2012
José Luis Molina Martínez


sábado, 16 de junio de 2012

ESTO LO HE VIVIDO EN MI POSTGUERRA INFANTIL

En la puerta del Bar La Cámara. Lorca. Foto del álbum de familia
Este paisaje que hoy muestro es un panorama normal, diario, costumbrista y propio de la época de postguerra. Las caras de todos los que están sentados me son conocidas, incluso las he visto en este y similares sitios, el Maier, por ejemplo, a lo largo de mi infancia, hasta que me fui a Murcia a estudiar, lo único que quería en aquel año. Si dijera sus nombres -¿Joaferna, es uno de ello?-, ciertamente me equivocaría en alguno, por eso no lo intento. El que está de rodillas, el limpiabotas, tenía un apodo singular y un rostro de pillo simpático, incluso desafiante. No había otra cosa en la época, el trabajo escaseaba, no había industria, sólo agricultura y no extensiva, sino familiar, de consumo y venta de los excedentes: pollos, gallinas, pavos, huevos... Y los "limpia" o betuneros sólo podían ejercer su trabajo con los que eran funcionarios o empleados que tenían un sueldo fijo, los otros bastante tenían con subsistir. Vaya mi admiración por el modo con el que se buscaban la vida, pues siempre podían haberse dedicado a otros menesteres menos honrados. Jamás encontré en mi casa desprecio por esta profesión: nos mandaban alguna que otra vez para que nos limpiaran los zapatos que había que lucir en fecha señalada y nosotros, mis hermanos y yo, elegíamos cada uno al "limpia" de nuestra  preferencia. Más tarde, la civilización o la justicia social puso las cosas en su sitio e hizo iguales, ya lo eran, a los que estaban de rodillas en la Corredera, sobre todo los domingos, y creó otra forma de paro y de reciclaje profesional.
Las tertulias en los bares tradicionales, como La Cámara, sito en los bajos de la Cámara Agraria, la Cooperativa, el Suizo y otros, eran abundantes y sólo tenían por motivo pasar el rato. A ellos acudían la gente a tomarse un café, un "oriental", un "asiático", un "bombón" u otras especialidades de la época. Y en ellos, o en su puerta, según la estación, estaban los betuneros para limpiar a sus clientes los zapatos sucios del polvo de las calles, dado que casi ninguna estaba asfaltada y andar era una apuesta, sobre todo en días de lluvia.
La Cámara es un lugar reconocible en la novela de Concha Alós El Caballo Rojo, nombre que le da a bar la novelista y en el que transcurren muchas de las acciones de que se compone la novela. Era, principalmente, lugar de reunión de militares. 
Todo aquello pasó, todo quedó en el olvido, al menos no cerca de la memoria cotidiana. Cuando quise remover aquello y me puse en contacto con la novelista, me dijo, muy amablemente, que no quería hablar nada de su estancia en Lorca -vivió en la calle Cueto-, que duró toda la guerra, es decir, desde la toma de Castellón, de donde venían huyendo de las atrocidades rojas, hasta el final de la guerra, cuando se fueron huyendo de las atrocidades azules. Eso al menos se desprende de la lectura de su novela. 

Calabardina, 16 junio 2012
José Luis Molina Martínez

lunes, 11 de junio de 2012

INMA PELEGRÍN Y SU "CUESTIÓN DE HORAS"

Portada del libro de  Inma Pelegrín
Chon Pérez-Castejón, que casi me tiene al día de las cosas que suceden en Lorca, me ha enviado hace un rato un correo con dos enlaces para que conociera que Inmaculada Pelegrín, a quien he visto por primera vez en la foto que acompaña al reportaje, ha sido galardonada con el premio de poesía JUAN RAMÓN JIMÉNEZ. Chon medio ha olvidado que aquí, al retiro de La Calle Tranquila, a esta cárcel de Piranesi, o no me llegan noticias, para eso me vine a la Cala, o sólo lo hacen las lúgubres, angustiosas y plenas de dolor. Así que le agradezco la noticia, le agradezco este aliento de agua fresca en este día calurosísimo de junio, al que no puede poner remedio la playa porque, una vez más está sucia, con una arena asquerosa y con las medusas merodeando por el entorno para coger desprevenidos a los/las bañistas que se arriesgan a padecer las molestias propias. He leído con fervor cuanto explica el articulista e incluso me he deleitado con la lectura del poema que se añade, pero no sé más del libro que lo que en el periódico -ABC- he podido leer. Ya tengo mis redes tendidas para que, si está en Lorca, me lo envíen. Desconozco casi todo de Inma, seguramente no de sus padres, pero ya intuía su futuro cuando leí ÓXIDO, cuyo ejemplar guardo en lugar preferente de mi biblioteca. Os adjunto los enlaces y prometo hablar de la poeta cuando tenga el libro. Me anticipo ahora porque, de este modo, puedo felicitarla públicamente y expresarle la certeza que poseo de que va a ganar otros premios y publicar muchos más libros. Espero verlo.



Óxido, premio internacional de poesía GERARDO DIEGO, 2007

Quiero, para concluir, hacer un comentario de índole exclusivamente estética. La portada de Óxido hubiera quedado mejor si el título hubiera sido más blanco, más grande, y las letras doradas hubieran sido más intensas o haber tenido un tono azul. De "Cuestión de Horas", casi cabe decir lo mismo. Es que los mayores ya tenemos dificultad en leer.

Calabardina, 11 junio 2012
José Luis Molina Martínez

sábado, 9 de junio de 2012

HASTA DEL FÚTBOL SE APRENDE UN POCO

Será cosa de la edad, pero Luis Aragonés parece no saber estar en un segundo plano y, venga o no a cuento, se deja caer con alguna que otra declaración, si no inapropiada por su apariencia intemperante, al menos no muy dentro de la órbita de lo elegante. La penúltima que he leído (www.marca.
com/2012/06/07/futbol/eurocopa_2012/españa/1339023414.htmel), la que me ha sugerido esta introspección para asimilar su conclusión a mi vida privada, expone lo que sigue: "Conmigo, Fernando Torres sería titular". ¿Es presionar a del Bosque para que lo ponga? ¿O incitar a su suplencia porque del Bosque pueda decirse no voy a hacer lo que me diga Luis? ¿Maldad entre compañeros? Quizá añoranza por parte de Luis. Sólo que Vicente del Bosque tiene la independencia de criterio suficiente como para hacer de su capa un sayo, o sea, lo que le venga en gana. Del Bosque es marqués y Luis, como yo, su vasallo, si quiere, que yo tampoco. En caso contrario, si es independiente, y lo parece por hacer esos comentarios, que se calle, al menos, mientras haya un acontecimiento futbolero notable, como el que comienza el domingo. Ya sabemos lo que hizo Luis: se inventó lo de la Roja, cogió de la solapa (si la hubiera llevado) a Etoo, por su bien, porque era su padre, y le ha sacudido a su sombra. Parece siempre abrupto, como enfadado, cuando debe ser un pan bendito. Al "zapatones", como le llamaban en mi tiempo, no le gusta ser plato de postre, pero, según se dice, él fue el que dimitió del cargo de entrenador, quizá porque nadie le pidió con insistencia que se quedara. Luis, con sus años por tenerlos, debería ser más prudente, y yo con los míos, que son dos menos que los suyos (aún recuerdo cuando vino del Betis al Atlético de Madrid, donde jugaba Rogelio, con un jugador, creo que Martínez, que estuvo años en coma). Claro que él piensa que no se le ha hecho justicia "porque se me ha faltado al respeto en muchas ocasiones". Esta entrevista es buena para la prensa, por el morbo, pues puede aumentar el número de ventas, no para Luis, que debería haberse mantenido en un discreto segundo plano, que ya del Bosque lo placeó, como quizá yo no hubiera hecho. No lo leerá, pero si lee eso, espero que me entienda.

Foto extraída de <historiadelrealbetis.com/146612/146912.htmel> (c)


Calabardina, 9 junio 2012
José Luis Molina Martínez

miércoles, 6 de junio de 2012

De ESCRITOS DE V N a LAS AVENTURAS DE HUCKLEBERRY FINN



Una de las primeras consecuencias de adentrarse en la lectura del libro de Juan Pedro Quiñonero, tan pulcramente editado por Editorial CONFLUENCIAS, de Almería, es entrar en contacto con libros señeros. Esto tiene un doble atractivo: por un lado, es una animación a la lectura, por el otro una curiosidad. La animación a la lectura te hace desempolvar algún libro que has leído hace poco, hace un siglo, o nunca, pero que lo tienes en tu estantería -lo puedes adquirir- y también es un libro bello y bien editado. La edición que yo tengo de Las aventuras de Huckleberry Finn la adquirí porque sus tapas eran como antiguamente, de cartón, además de llevar unas ilustraciones que te hacen sonreír y disfrutar, porque sin duda son para "niños", pero el adulto -yo incluido- también se emociona con su contemplación. En la sobrecubierta de esas pastas de cartón, se puede leer: "Las personas que intenten encontrar un motivo en esta narración, serán perseguidas. Aquellas que intenten hallar una moraleja, serán desterradas, y las que traten de encontrar un argumento, serán fusiladas". Es una lección didáctica: sólo hay que acercarse a la lectura para disfrutar. Lo demás se nos dará por añadidura. El segundo atractivo de leer un libro "recomendado", o sea, citado por otro escritor que, además expresa su opinión sobre la impresión que le proporcionó ese libro, constituye lo que he llamado curiosidad, porque nos pone en contacto con los libros que han ejercido influencia sobre el escritor, en este caso JPQ. Entonces, el lector realiza un viaje desde Los escritos de V N a las aventuras de Finn. Desde la página 85 a la 104, JPQ, trasunto de V N, explica o transcribe, como Dios sea servido o el lector acepte, la conferencia que imparte y que dedica a los "ausentes", es decir, a los que han escapado de la indecible y abominable encerrona que significa una conferencia, a esos prófugos con los que se identifica. El escritor real del libro de JPQ, que nos coloca en una conferencia en la que el conferenciante lee algunos trozos del libro de Mark Twain. Pero no los elige de manera inocente, sino porque manifiesta uno de los principios estéticos y éticos y sociales del periodista totanero, afincado en París y ciudadano del mundo: "Pero allí ni había españoles, ni árabes, ni tampoco había camellos ni elefantes. Allí no había más que una partida de chicos excursionistas de una escuela dominical". Me explico: sólo hay niños, chicos, seres humanos, de diferentes razas, lenguas (posiblemente) y religiones. Pero CONVIVEN juntos y sin peleas (guerras). Y ese tipo de convivencia es el que JPQ anhela para la España cainita, el mundo cainita, en el que vivimos. Todo concuerda. Y concluye el autor implícito: "Pensé también, que podría reflexionar acerca de la importancia capital de este libro en la fundación de la novela  moderna norteamericana. Pero recordé que Mark Twain, y no digamos ya Huck Finn, se hubiera muerto de risa ante esas pretensiones pueriles Que Hemingway afirmara que con Las aventuras de Huckleberry Finn nació toda la novela americana, que Eliot considerara a Huck Finn como un personaje comparable a Don Quijote, o Fausto, son cosas que, en definitiva, nada tienen que ver con las emociones íntimas del creador, que sólo deseó escribir la elegía de su adolescencia, el relato y la apología de los quince primeros años de su vida en las orillas del Mississipi".


Calabardina, 6 de junio de 2012
José Luis Molina Martínez

domingo, 3 de junio de 2012

JUAN PEDRO QUIÑONERO, EDITORIAL CONFLUENCIAS Y ESCRITOS DE V N

Ayer me llegó el cartero con un libro que llenó mi día de alegría, por dos razones: el libro es de JPQ y por la brillante y sorprendente edición de Editorial CONFLUENCIAS. Nada tiene que ver con la primera edición de este mismo libro que se haría con los medios de que entonces, 1978, se disponía. Lo formaban 316 páginas que  se han quedado en 284. Eso es más digerible y resulta más cómodo de leer, no por el recorte de páginas, sino porque el tamaño de las letras de la primera edición, los escasos márgenes laterales de sus páginas, el  tipo de letra tan menudo como feo de las notas a pie de página y la calidad del papel, hoy amarillento, que no ha soportado la incuria del tiempo, lo hacía -hace- casi rechazable. Lo único bueno era la doctrina que contenía. A pesar de ello, su lectura era fatigosa. El libro venía a ser la puesta al día de los demonios personales del escritor que bastante historia tenía ya acumulada a pesar de ser de escasa edad para tener una formación tan interesante, producto de miles de lecturas anárquicas, pero con un único sentido: tratar de comprender, para después comunicárnoslo a nosotros, sus lectores y amigos, la identidad de este país, la existencia de sus culturas autónomas y la actitud cainita de los hispanos. Intentaba una convivencia mejor, darnos a conocer, desde su atalaya de París, lo que era Europa y los problemas que originaba ser europeo, porque tampoco Europa ha solventado sus cuitas, como sabemos ya por experiencia. Como ejemplo, una de sus preocupaciones: Josep Pla y la construcción mitológica de Cataluña

Como quiera que era una especie de confesión intelectual de su trayectoria casi íntima, o sin casi, la nueva novela de JPQ, de igual título que la anterior, de hace ya 34 años, al llegar a la altura de la vida que lo contempla, ha variado el orden de los capítulos, ha eliminado algunos, ha añadido otros, los ha dispuesto de otra manera y ha ganado el libro al no tener que leer cosas que ya han perdido actualidad, conocemos ya por el transcurso del tiempo, o ha creído necesario y/o prudente quitar, por ejemplo, el apartado dedicado a Introducción a Baudelaire. Y lo digo no porque se trate de una literatura maldita, sino porque de él, del simbolismo, arranca la nueva poesía hispana que influyó en Juan Ramón Jiménez y otros tantos buenos poetas. Esto lo digo a primera vista porque, tras su lectura, igual aparece fuera de epígrafe alguno. Ahora mismo sólo doy noticia de la efeméride, no de su contenido, que eso vendrá en su momento, después de su lectura. Por otro lado introduce a Jünger y lo sitúa en la tierra de Circe. Algún motivo habrá que desvelaremos, Deo volente. Introduce a Ramón Gaya y sí conocemos su porqué y el libro que le ha dedicado ya que es su fervoroso admirador, entre murcianos anda el juego, ambos exiliados per se o per accidens, y habitantes de París, de "su" París. Elimina De la Naturaleza e introduce Anales del Alba. Todo esto que comento es la hojarasca. El resto vendrás después. En el entremedio, la sensación nueva de tener en la mano un libro tan bellamente editado, de papel tan agradable al tacto, que contiene una obra de un amigo al que le esperan aún otros éxitos. El que posea la edición anterior -localicé hace poco un ejemplar en  una librería de viejo-, puede hacer un estupendo ejercicio de lectura: coger los dos libros e ir leyendo los capítulos retirados y los añadidos. Seguro que se enriquece más el lector amigo. Gracias por la lectura y gracias por el libro, del que hablaremos en cuanto concluya su lectura


Calabardina 3 de junio 2012
José Luis Molina Martínez