domingo, 29 de diciembre de 2013

JESÚS CARRASCO ESTÁ A LA "INTEMPERIE"


Tengo en mi biblioteca de Calabardina, lugar de cuyo nombre procede CABARNA, esta novela desde hace, al menos tres meses. La novela apareció en Seix Barral, pero la edición que poseo es de Círculo de Lectores. La novela no es mi fuerte, perdón, la mala novela no es mi fuerte, y por ello no me pongo furibundamente a leer una nueva, sino que la dejo reposar. Concretamente esta, con otra que comentaré prontamente, la puse en una leja pequeña en la que pongo los libros que son de los llamados de cabecera. No estaba destinada a ser uno de los libros que no leo. Me animaron las recensiones que venían en la prensa, cómo era alabada en diversos blogs y saber que para unos era la mejor novela española del año, desbancada a última hora por En la orilla de Rafael Chirbes, me animó a leerla, saltándome el orden establecido. Bien es verdad que los entendidos no hacen caso a esas calificaciones que varían según los medios que las publican. Es una novela que utiliza formalmente la economía de medios. Un niño desgraciado en su familia, pobre, represaliado; un viejo pastor que anda por un extenso páramo con su hambriento y sediento rebaño de cabras; unos represores -entre los que destaca el jefe- dedicados exclusivamente a hacer daño. Y la violencia, violencia por todos lados. Todo, además, opresivo. Así que todo ese ambiente es el que se respira en la novela. Y así la novela es opresiva, crea, además de cierto distanciamiento frío, una necesidad de acabarla para releerla de nuevo y anotar matices que la hacen más interesantes. El niño huye de su casa porque es insoportable vivir en ella. Lo buscan para matarlo y sólo el viejo pastor es capaz de ofrecerle ayuda, eso sí, dentro de una aparente escasez de emociones. Así que el viejo lo salva de esa persecución matando al opresor. El final no lo desvelo. Porque lo mío aquí es sólo exponer unos argumentos para convencer a quien se acerque a mi blog que deben leer esta novela. Luego vendrá lo fácil: que si es una metáfora de la España cainita, que si una España morirá de la otra, que es una imagen de la guerra civil. Posiblemente sea todo eso, pero el único que sabe lo que quiso escribir es el autor. Es una novela dura de leer y de asimilar, pero merece la pena porque la novela se compone de lenguaje y este es ópimo en su bondad. Los personajes son tan pocos que están muy bien caracterizados. Es una buena novela y quien la alaba está en lo cierto, pues lo merece. Así que manos a la obra.

Calabardina, 29 de diciembre de 2013
José Luis Molina

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