Pocas personas son capaces de decir que no han disfrutado con la lectura de Le Petit Prince (El Principito). No creo que fuera o fuese un libro escrito intencionadamente para los niños, sino que los jóvenes lectores se lo han apropiado por su interés, poesía y sentimientos, sin olvidar que despierta una sana emoción, que es de los que se trata, de formar espíritus sensibles y no calabazas totaneras. Tiempo ha que deseaba ocuparme de este escritor francés, Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), autor de otras obras interesantes de las que hoy quiero citar dos. La primera de ellas es Terre des hommes, de 1939. Y lo hago con la sana intención de provocar su lectura, porque su novela es un aprendizaje para la vida. Saint-Exupéry es un aviador que hace la ruta Toulouse-Dakar en 1926. Comienza la novela hablando de cosas de pilotos. Era el responsable del correo de África, pero, se encontraba mal preparado. España era pobre en refugios, en caso de accidente no podía buscar un campo de socorro. Recuerda a Guillaume y los trucos que le había enseñado. Por ejemplo: "Guillaume no me enseñaba España; él me hacía de España un amigo. No me hablaba de los ríos, ni los poblaciones, ni de las granjas agrícolas. No me hablaba de Guadix, sino de tres naranjos que, cerca de Guadix, rodean un campo". [...] "No me hablaba de Lorca, sino de una simple granja cerca de Lorca. De una granja viva. Y de su granjero. Y de su granjera. Y esta pareja cobraba, perdido en el espacio, a mil quinientos kilómetros de nosotros, una importancia desmesurada".
¡¡¡Vaya por Dios!!! Mira por dónde Saint-Exupéry conocía Lorca desde el espacio. Y así, Lorca se ha convertido en un lugar eterno, al menos mientras dure el libro. Me regaló este libro Jean Vincent Benavente, de padres lorquinos emigrados a Francia, que todos los años hacía un viaje a España con sus alumnos para aprender español. Lo tuvo que dejar: el nacionalismo excluyente catalán ponía sus letreros en su lengua o en inglés, y en Andalucía se hablaba -decía- muy mal castellano (pero buen andaluz), por lo que dejó de venir. Todo esto sucedía alrededor de 1988 ó 1989. Conservo el libro con esmero, como hago con casi todos. Vaya para él mi recuerdo.
Tras sufrir el escritor francés, en 1936, un accidente en el desierto de Libia, recibió del periódico L'Intransigeant el encargo de trasladarse a España, donde acababa de estallar la guerra (in)civil. Un sentido de vida recoge algunos de los artículos que escribió para ese periódico en Barcelona y Lérida en 1936. Otros artículos los escribió para Paris-Soir, en 1937, en Madrid.
Si se hacen con este libro, les recomiendo la lectura del artículo que lleva por título UNA GUERRA CIVIL NO ES UNA GUERRA, ES UNA ENFERMEDAD, que publica el 14 de agosto de 1936, ni a un mes siquiera de su inicio: "Estos hombres no se lanzan al asalto embriagados por el ardor de la conquista, sino que luchan sordamente contra una epidemia. Y, sin duda, en el campo contrario ocurre lo mismo. Esta lucha no consiste en expulsar a un enemigo del territorio, sino en curar un mal. Una fe nueva es parecida a la peste. Ataca desde el interior. Se propaga de modo invisible, y los de cada partido, en la calle, se sienten rodeados de apestados a los que no pueden reconocer". "Aquí pegan al hombre contra una pared y le hacen vomitar las entrañas sobre las piedras. Te han cogido. Te han fusilado. No pensabas como nosotros...".
Y una última consideración que quite un poco lo amargo de esa falta de respeto a la persona humana que era eliminada como si de nada se tratase: "Él es de izquierdas porque 'ama' las masas; y yo porque no las amo. Yo amo a la especie". Pues un respeto muy hondo por este piloto que despareció, seguramente abatido por un avión alemán, sobre el mar Tirreno, en 1943, año en el que Alfonsa de la Torre publica ÉGLOGA.
Calabardina, 5 de julio de 2012.
José Luis Molina Martínez
Quiero aprovechar este momento, sin que venga a cuento, pero porque me apetece a rememorar el nacimiento de los blog de JLM. La calle tranquila se inicia el 27 de Mayo de 2011 con un título que la define, "Desde el balcón que da a la calle tranquila". Desde entonces, 46 componen lo escrito en el año 2011 y ya van 34 del 2012. De una prosa, poética, como no puede ser menos viniendo de quien viene, José Luis nos pasea por el mundo terrenal con una visión total de lo que acontece, de sus personales acontecimientos.
ResponderEliminarLa cola de la cala es el otro blog. Bello poemario del ínclito autor,que nace el 1 de Enero de 2011 con el título "El inexistente rumor de la ceniza" del que suman 218 los escritos en el 2011 y 44 por el momento en éste año de 2012.
¡ Larga vida tengas ! para poder seguir disfrutando de los escritos, que algún día, convendría rescatar de la frialdad informática.
Muchas gracias no tanto por los elogios con los que me juzgas cuanto por acordarte de mis cosas. Dios sea loado y nos conceda vida eterna para que alguien se ocupe d enostros. Una brazo. Muchas gracias, amigo.
ResponderEliminar