viernes, 19 de abril de 2013

ALFONSA DE LA TORRE, IN MEMORIAM




Hoy se conmemora el vigésimo aniversario del fallecimiento de ALFONSA DE LA TORRE. Vaya mi recuerdo al encuentro de su descanso en Cuéllar bajo la atenta mirada de los pinos y los mirlos que ella cantó en vida. Desde esta orilla de la playa de Calabardina, manifiesto mi agradecimiento por haber podido leer, estudiar y analizar la poesía de esta poeta irrepetible. En su homenaje, un fragmento de Canción de la muchacha que caminaba a través del viento, que publicó en el número uno de ALMA que, como se puede imaginar el que me lea, ya tengo en mi poder, aunque sólo poseo los tres primeros números. Me faltan otros tres.

Miradme, soy de barro,
mi base es media esfera,
dos alas me sostienen
erguida en el aire:
las puntas de mi velo.
Pudiera ser tanagra,
la gracia me circunda,
con los brazos cruzados
y el pelo en breve moño
decoraría, acaso,
un hogar apacible
perdido entre la nieve.
Soy más que forma grata,
más que perfil en sombra:
un canto de promesa
que camina hacia el cielo.
Alguien hizo mi carne,
alfarero de espacios,
perdido entre planetas
sin gesto y sin facciones.
Él formó mi esquelto
con las cañas cortadas
en pálidas orillas
y me surcó de ríos
azules y calientes,
como un mapa de voces
y soplando en las ramas
de mi esquelto blanco
donde anidaban aves,
encendióme esta hoguera
de auve movimiento.
Así noté la vida.







José Luis Molina
Calabardina, 19 de abril de 2013


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