PARECE QUE EL MUNDO ANDA ALGO DESORIENTADO

Le invito, Sr. Uralde, a que venga a esta playa de Águilas para hacer campaña sobre la protección del cangrejo u otra cosa que a usted le interese, eso sí, con esmoquin y pancarta azul, que la amarilla me da dentera

La justicia danesa se equivoca. Este sr. Uralde, que parece tener patente de corso, debe pagar algún castigo por la tontuna cometida de entrar donde no lo habían convocado. Pero la educación, tal y como yo la entiendo, no existe hinc et nunc. Si quiere saber lo que significa, sr. Uralde, o estudia latín o mira en el wikipedia. Y he dicho tontuna como calificativo de su acto para ponerme a la altura de usted, porque, en verdad, sólo es una chiquillada en un hombre barbado. Por muy de esmoquin que se vistiera y muy héroe que se sienta, sólo consiguió engañarse a usted mismo. Era un alto cargo de grinpis (Greenpeace) que ha cometido un error que han visto hasta los niños. Si uno desbarra y no hay sanción, se pueden pensar dos cosas: 1ª) que todo el mundo puede hacer lo que quiera porque no hay castigo: es el aquí no pasa nada de quien se sienta tontamente, lo que lo define, mientras pasa la bandera USA; ¡¡¡menudo ejemplo, hasta para los actores que hacían la acción de ponerse la ceja, su papel más serio en la historia del cine y del teatro en España!!!; 2ª) que la justicia castiga según quién sea el infractor y usted llevaba esmoquin. Sr. Uralde: discúlpese, hombre, no levante los brazos en señal de triunfo como su hubiera o hubiese hecho un arco de iglesia, cuando su acción si se puede pasar por el arco del triunfo. No soy de esas cosas, pero, desde que lo vi a usted y a sus atláteres disfrazados de personas y tan simplones en aquel espacio a respetar, era casa ajena, tampoco seré del grinpis ese. Lamento su afirmación tan soez de "¡Volvería a hacerlo"! Eso se llama contumacia. Cuando lo vi pensé que era usted un equivocado. Ahora pienso que quizá no haya reflexionado suficientemente. O que los vítores de sus amigos, lo han obnubilado. Hay otros medios para la refriega política, porque lo suyo era política. ¿Sacó usted algo en claro o en espeso de su actuación? Mi repulsa más sincera y mi pena porque la justicia danesa se ha equivocado, sólo porque lo vieron hasta los niños: deberían haberlo castigado a hacer trabajos comunitarios. Así hubiera tenido usted tiempo, en la soledad del cumplimiento de la sanción de reflexionar sobre cómo hacer una tontuna y no morir en el intento. De todos modos, allá usted. Mal está hacerlo pero podía haberlo justificado por intereses pacifistas y perseverar en el error diciendo que lo haría de nuevo si le dieran un esmoquin. Pero lo que me molesta, y por eso viene usted a la Calle Tranquila, es que sea tan intransigente, contumaz y se tanga en tanta consideración y, pudiendo quedar bien, haya quedado como lo que es: un hombre que no se disculpa para disimular que ha cometido un error. Es que lo han visto hasta los niños y ellos no saben distinguir. Es que se lo he tenido que explicar a mi nieto de once años. Adiós, Grinpis. Jamás atenderé lo que me digan ustedes. Evítenselo, sobre todo usted, Sr. Uralde. ¡Ah!, se me olvidaba, hay otros foros para protestar. Hagan política desde los estrados.

En junio, esta barca estaba varada en Águilas, como nosotros ahora

En Murcia está haciendo falta un partido si no nacionalista, al menos, regionalista. La única manera de que el gobierno central te haga caso es protestar desde el nacionalismo y chillar y tratar de dar la lata. Si no hay nacionalismo en Murcia, lo inventamos en dos segundos. Viene esto a colación por la discusión entre los barones del PP por el corredor centroeuropeo del ferrocarril (Extremadura, Castilla-La Mancha -con cuya Cospedal existe el contencioso del agua, guapa, que igual no te votan los que te votan- Aragón y lo que venga para que el ferrocarril vaya por ahí y con los productos de estas regiones a Europa, panacea en bajos momentos, tan bajos que no sabe solucionar los problemas comunes -paro y mejor economía, o sea, comer y folgar bien-. Murcia y Valencia quieren que sea prioritario el corredor del Mediterráneo para que lleve los productos murcianos y andaluces -si ellos quieren- a Europa. No hay dinero para los dos. Y por eso parte del PP hará daño a la otra parte del PP y siempre se romperá la cuerda por lo más flojo: Murcia. O nos hacemos independientes y nos bebemos nuestro vino, comemos nuestros tomates y untamos el pan con el ajo de nuestra tierra, mejor que el de La Pedroñeras, pero todo con la cabeza levantada, con la dignidad que tenemos, que es mucha, o nos darán por todo el sitio. Esto es una cataplasma p'al culo, con perdón. Pero me gustaría que fuese para otro o, mejor, para ninguno, porque se ha de saber buscar soluciones, no llevarse al gato al agua, que, al final, se ahoga. Cospedal, diga lo que diga, busca mantenerse en el poder como sea, contra Murcia, como pasó con el agua. Así es que, por favor, Presidente Valcárcel, vamos a coger ahora los higos de pala que nos quedan y vamos a tirárselos a la sombra -sólo a la sombra- de los políticos de su propio partido que tanto nos están tocando los perendengues, tanto que ya nos están molestando en exceso. Juegue usted hasta con los votos. Ya está bien de parecer aún los tíos de la boina, el pedazo de pan y el tocino que se comían los que iban a las Francias con una maleta de madera liada con una soga. ¡¡¡Ah!!!, ya sabe usted, Sr. Valcálcer por qué estoy "indignado". Pegue usted ya un puñetazo en la mesa. Ya veremos lo que pasa. Y otro ¡¡¡ah!!!: tocino y pan de horno de leña que no falte. Y menos aún el vino. Al menos nos lo comeremos con un par y no bajándonos los pantalones ante los mandamases de otras comunidades que podían hacer un frente común en vez de dejarse ver el plumero: si alguien ha de joderse, que sea el que menos fuerza tiene, la comunidad uniprovincial. Es lo que buscan y en lo que están trabajando. O nos hacemos del partido regional-nacionaliista o nos vamos con otra Comunidad Autónoma. Addenda: La Señora Cospedal ya tiene cita con Bono para tratar este tema en septiembre: otra puñalada a la Murcia de mi corazón.

Esta es la Plaza del Negrito de Lorca