Da alegría reencontrar buenos libros aviejados que uno leyó hace muchos años. Antoine de Saint-Exupéry es un escritor que siempre que se lee se hace con entusiasmo. Su lectura es plácida, actual, aunque este libro tenga ya ochenta años, porque el escritor francés habla de la vida y sus personajes son humanos, héroes de la vida diaria. En el Préfece (prólogo) de esta novela ya lo dice André Gide: "Le héros de Vol de Nuit, non déshumanisé, certes, s'élève à une vertu surhumaine. Je crois que se qui me plaît surtout dans ce récit frémissant, s'est sa noblesse". Más o menos, viene a decir lo siguiente: "El héroe de Vuelo de noche, por supuesto no deshumanizado, se dignifica con una virtud extraordinaria. Creo que lo que más me gusta de este relato emocionante es su nobleza". Aparece en esta novela preciosa la debilidad, el abandono, las vacilaciones del hombre. Cuando se lea, si no la hemos leído ya, nos estaremos leyendo y conociendo a nosotros mismos. Este ejemplar tiene más de cincuenta años. y costó, entonces, 5,50 francos nuevos. Con la posesión de este libro, se manifiesta mi devoción por el autor, de quien ya he comentado otras obras en este blog.
En uno de los párrafos finales, Saint-Exupéry se expresa de este modo: "Victoria... derrota... estas palabras no tienen sentido. La vida se encuentra por debajo de estas imágenes y ya prepara nuevas imágenes. Una victoria alegra a un pueblo, una derrota despierta otra". Es decir, expresa la relatividad de las cosas y la fugacidad del presente. Ya lo dice el refrán popular: todo es del color del cristal con que se mira. "Et Rivière (un gran personaje), à pas lents, retourne á son travail, parmi les secrétaires que courbe son regard dur. Rivière-le-Grand, Riviére-le-Victprieux, qui porte sa lourde victoire": "Y Rivière, a poco a poco, vuelve a su trabajo, entre los secretarios sobre los que cae su mirada dura. Riviére el grande, Rivière el victorioso, soporta su pesada victoria".
En uno de los párrafos finales, Saint-Exupéry se expresa de este modo: "Victoria... derrota... estas palabras no tienen sentido. La vida se encuentra por debajo de estas imágenes y ya prepara nuevas imágenes. Una victoria alegra a un pueblo, una derrota despierta otra". Es decir, expresa la relatividad de las cosas y la fugacidad del presente. Ya lo dice el refrán popular: todo es del color del cristal con que se mira. "Et Rivière (un gran personaje), à pas lents, retourne á son travail, parmi les secrétaires que courbe son regard dur. Rivière-le-Grand, Riviére-le-Victprieux, qui porte sa lourde victoire": "Y Rivière, a poco a poco, vuelve a su trabajo, entre los secretarios sobre los que cae su mirada dura. Riviére el grande, Rivière el victorioso, soporta su pesada victoria".
José Luis Molina Martínez
Calabardina, 29 septiembre 2012