jueves, 3 de mayo de 2012

HOMENAJE A QUEVEDO

Tramo parcial de la carretera de circunvalación de Murcia (Imágenes Google)

Me cabrea el que los políticos piensen que la cosa es suya, y la casa y la carretera. Y hasta el poder. Viene ahora Esperanza Aguirre y nos sorprende, aunque ya lo esperamos todo de esa raza que se cree privilegiada y que se lo merece todo, con que vamos a tener que poner -ellos- peaje a las autovías o autopistas que circunvalan Madrid porque los servicios públicos en todos los países europe(d)os se pagan. Pero, da la puta casualidad de que esas carreteras por las que circular va a costar unos euros, también se han construido con impuestos de los ciudadanos. Llegan los políticos y nos estrujan para quitarnos lo que puedan para que se lo gasten en lo que les dé la gana para deslumbrar y quedarse en el poder, que es lo que les interesa a ellos y a los partidos políticos, sean del signo que sean, pues parecen unas oficinas que han de colocar a sus afiliados y a los que trabajan por el partido. Menos leches, señores políticos. Porque, como todo siga igual, todo seguirá igual y ya veremos qué pasa cuando la gente se dé cuenta de la opresiva manipulación: unos ahorran y otros malgastan. Son los técnicos los que deberían decidir en qué se invierte, qué obra decente se hace, por qué educación y sanidad no deben sino reforzarse. Se debería poder pedir responsabilidades penales a los que dilapidan la pasta haciendo un aeropuerto un otra tontería faraónica en cada esquina para que parezca un oasis de hormigón en medio de la llanura manchega, murciana o catalana. Se debería exigir a los ciudadanos que sean más consecuentes: si dieron a Rajoy la mayoría absoluta, o sea, manos libres para hacer lo que le viniese en gana, ¿por qué ahora se le critica por hacer lo que se le pedía? Quizá lo que hace falta es no votar. Así la calle es de todos, ni siquiera del 15 M sólo. También debería estar prohibido ayudar a los cocaleros y a las populistas que, en cuanto pueden, te dan gato por liebre y se quedan con las propiedades e inversiones que se han hecho en su país, aunque sea, al parecer sólo con las españolas, quizá aprovechando la decadencia del país y la desunión de los partidos que sólo hacen morder en la yugular al que está en la poltrona, quítate tú para que me ponga yo, que este país es nuestro. Hoy es 3 de mayo. Aquella revuelta popular sólo sirvió para llevar de nuevo al pueblo bajo las horcas caudinas y que la bota absolutista lo pisase. Cuando me tratan de tonto, me siento mal. Y ahora me parece que así nos tratan. Con mayorías absolutas o sin ellas. Si no se les votara, otro gallo nos cantaría. Sólo hay que lamentarlo por la gente sana que entra en el mismo saco, pero... hay que modificar esta situación que ya nos sobrepasa. Véase, si no: http://www.solosequenosenada.com/2011/05/31/ranking-de-partidos-politicos-corruptos-en-espana/
Madrid, a comienzos del siglo XIX
Todas las piedras de los patrios muros
esparcidas aparecen, despojos
tristes de la incuria, tantos enojos
causa el mal gobierno: trueques impuros,

muchas manos en la talega, puros
cohechos, hábiles rapiñas. Flojos
principios morales ponen de hinojos
a un pueblo en yugo. Ediles inmaduros,

en busca incontinente de carroña,
desmantelan los restos materiales
de algo que fue riqueza y sólo es ruina.

Sufran su pena, reciban ponzoña.
Acudan sobre ellos todos los males.
Al pueblo sólo queda hambre canina.

Calabardina, 3 de mayo de 2012
José Luis Molina Martínez

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