miércoles, 27 de marzo de 2013

SEMANA SANTA

No creo que nadie se pueda sentir más o menos indignado porque haga referencias en este blog a las creencias religiosas mayoritarias en España, es decir, a todo aquello que viví en mi infancia y constituye en mí un sedimento cultural de mucho calado. Es SEMANA SANTA y yo, ahora mismo en el balcón que da a la Calle Tranquila y al mar de Calabardina, tengo en mi mente los desfiles pasionales que he visto y gozado en Lorca, Murcia y otros lugares de España. Hace un día violento de primavera, lleno de viento y polvo de la tierra que arrastra el vendaval que se soporta a la tibieza del sol que ya se oculta. Este crepúsculo es ideal para trascender el sentimiento religioso y hacer de él una vivencia como la de José García-Vela (1885-1913), poeta de la tendencia "provinciana", que escribe un contenido y estético poema que transcribo a continuación:

(c) Cristo de Velázquez

CRISTO

Es el fin y el principio sobre la cruz clavado.
Sobre mi corazón es un lirio morado.
Al morir en la Cruz todo lo ha perfumado
su corazón, tesoro del abierto costado.

La negra cabellera sobre sus hombros es
divina y luminosa. La Cruz es un ciprés
sobre la nazarena quietud de un lago. ¡Pies
de Cristo, he de besaros para morir después!

Por mí, Cristo, por mí, que soy la Humanidad,
haz, pues eres milagro, que todo se convierta,
que el Sol se cristianice, ¡que la Luna te adore!

Que mi alma. siguiendo la luz de tu Verdad,
esté a tus dulcedumbres eternamente abierta;
que el rosal de tu mano sobre mí se desflore.

(José García-Vela, Hogares humildes, 1909)



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