jueves, 2 de junio de 2011

LAS PEDANÍAS ALTAS DE CALABARDINA



Calabardina, geográficamente hablando, se divide en muchas partes, tantas como puntos cardinales y direcciones se puedan encontrar en la Rosa de los Vientos. Esa es la playa cerca de la Urbanización Dos Cerros. Esta es la parte de abajo de la Cala, que se inicia en el bar de Calabardina y concluye en el Miramar, otro bar de la frontera. Ahí es donde la gente va a pasear. Inician sus paseos ahí mismo y llegan hasta La Cola. De ahí LA COLA DE LA CALA. Por allí es donde se forma el mogollón, es decir, la juventud escandalosa, vacía y exhibicionista y tontuesca, que tontea, valga el símil, con las nenas de escote generoso y parece que ansiosas por tener experiencias que han visto en televisión. Por este lado, no voy nunca jamás en los meses del consumo marítimo, o sea, ni en julio ni en agosto y en los fines de semana en los que hace aún calor. Pero eso es porque soy un empedernido solitario o soy un empedernido solitario porque no me va el "mogollón".



Este es otro lado de la Cala, al que todos llaman Cope. Esta es la Torre de Cope antes de que le pusieran una escalera para que se suban por ella los bárbaros del norte, o también, los turistas de sandalia y bocadillo en busca de emociones fuertes. Cuando llegan las tardes sudorosas de julio y agosto, las gentes que consumen las vacaciones veraniegas como mandan los cánones forman unas filas a cada uno de los lados de la carretera: por el lado izquierdo circulan los que van hasta la Rambla Elena, y por el lado derecho los que vienen de por ahí. Los más pacíficos no pasan del pie de la torre. Es un paseo estimulador, que no estimulante, porque andar es cosa de pobres y de mayores.


Como se ha colado esta foto, vengo a explicar que se trata del embarcadero y que, por lo tanto, pertenece a las Tierras de Abajo, cerca del Bar Calabardina, antiguamente lugar de encuentros, hoy lugar abandonado porque hemos cambiado de mochuelo, digo, de olivo.


Estas flores, propias de cualquier casa de esta geografía, se encuentran también en los jardincillos de la Cala. 


Estos impresionantes atardeceres son propios del invierno de Calabardina. La Naturaleza es sabia y por ello nos obsequia con bellezas como esta a los que vivimos aquí todo el año. En verano no se ven.


En Calabardina, también hay artistas. En muchas de las paredes de los chalés, aparecen pintadas como esta. ¡¡¡Olé!!! Los papeles o desperdicios que aparecen abajo son también propios de una Calabardina muy mal cuidada por los que vienen y dejada de la mano de los concejales y del Ayuntamiento de Águilas. No me hablen de la labor que desempeña la Asociación de Vecinos, porque me crearía enemigos.


No es la luna, no. Es el sol que se esconde tras las montañas. Normalmente sucede esto antes de hacerse de noche.


Ya estamos en las Pedanías Altas. Para mí, este el el lugar en el que acaban. Pero, por si alguno quiere que sea su comienzo, no pongo el menor inconveniente.



Este es uno de los bares de las Pedanías Altas. Se llama LA PARADA. Puedes venir cuando quieras, pero deja la cuenta pagada.


Aquí se ve la calle entera. Antes, nos hemos dado cuenta de que junto a LA PARADA se encuentra el RESTAURANTE MARIANO y enfrente la tienda de "los veinte duros" de Manolo y la peluquería del lugar. EDU es un buen vocalista o animador, como él se llama. Si lo llamas, va y canta en tu fiesta previo pago de su importe.


Esta bella criatura vende "iguales" de los ciegos, o sea, de la ONCE. Se dejó fotografiar y le doy las gracias por ello. Estamos a la puerta del Bar ALMADRABA, no sé por qué lo llama así, cuando, donde está, cualquier otro nombre le hubiera venido mejor. Pero... seguramente a Julio le gustó. O a su esposa. 



Quedan algunas cosas por contemplar, pero, o bien te lo cuento otro día, o vienes y lo ves. Puedes preguntar por mí y, si me localizas, quedas invitado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario