sábado, 30 de julio de 2011

HELGA HEDIGER


Conocí a Helga Hediger hace ahora diez años. Era presidenta de AEPE (Asociación Española de Profesores de Español y, al año siguiente, acaba su mandato. Vino a Lorca a verme un tal X acompañado de Manuel Castiñeira Bueno, lorquino de pro que ejerce en Almería. Se trataba de organizar la Asamblea anual que AEPE celebra todos los años en la segunda quincena del mes de julio en una ciudad distinta, la del ayuntamiento que les ayuda. Se habló con la Concejala de Cultura y se quedó que, al año siguiente, se celebrase en Lorca. Tenía que ser así porque, en caso contrario, no interesaba. Estuve hablando con ella en Madrid y quedamos en que ella no me iba a ayudar pero tampoco iba a decir que no. Quedamos en que hiciera u proyecto y me presentara en Cáceres, en donde tenía lugar la Asamblea, para defenderlo de la otra candidata que era Alcalá de Henares. En Mérida, donde me alojé, vimos una obra teatral en el Teatro Romano que estuvo así así siendo piadosos. Para el teatro soy muy exigente. No me gustan los actores gestiiculantes, chillones, ripiosos y guaperas, que visten de informal o casi peor, pero como son artistas..., por eso no veo teatro, ni español ni forastero. Muchos actores no tienen dicción, exageran, utilizan tópicos en los que esperan que el público se rían, porque no saben hacer llorar. Por lo menos eran así hasta la última vez que vi una de estas obras, hace siglos. Son defectos de escuela, que no sé si hay en España y, cuando sale algún actor, es un Bardem, que lo que ha aprendido, lo ha hecho en EEUU. Bueno, pues ganamos los nuestros y se celebró el Congreso en Lorca. Aun conservamos la amistad. En 2006, como tenía que despedirme de un amigo poeta, Jacinto Herrero Esteban, Premio de las Letras de Castilla y León, que estaba muy enfermo, estuve en Ávila y fui a Segovia en donde estaban celebrando su Asamblea AEPE. Ayer vine de Cuenca a donde fui porque me dijo que quería vernos y yo pues fui: si fui fue porque fui. Está bien, de lo que me alegro. Me regaló un libro, del que no sé si hablaré o no en este blog, que se titula CORAZÓN DE TANGO, salido de la pluma de Elia Barceló, en la editorial 451, de Madrid, en 2007, Es hermoso contar con buenas amistades, sin que medien intereses.


Cuenca es una ciudad que antes, cuando era feliz e indocumentado y por este país no había pasado un tal Zapatero, intelectualmente cero, al que no soporto intelectualmente, y que el Dios en el que no cree lo acoja en su santo seno, el del olvido, adoraba. En este viaje, muy productivo, sólo he fotografiado árboles:



Son mis fotos

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