miércoles, 29 de junio de 2011

POR LA CALLE TRANQUILA HACIA LA COLA DE LA CALA

1.



Mantengo otro blog que llamo LA COLA DE LA CALA. Quise dedicarlo solamente a poesía, pero se me iba el santo al cielo y, al final, era un cajón de sastre. Entonces hice este en el que estás. Aquí cabe/coge de todo, desde una reflexión hasta un exabrupto, según se encuentre el cuerpo. Pero llevo unos días entregado totalmente a un tema que tendré concluso (acabado) antes de que se vaya el verano y que, aunque me suponga una diversión, me ocupa mucho tiempo, muchas horas diarias, porque lo quiero imprimir antes de entrar en otros menesteres que me van a exigir un trabajo de otro tipo, intelectual siempre, pero también siempre literario: he de escribir algo sobre Alfonsa de la Torre. Pero, me gustaría, que los dos blogs se uniesen, o sea, que el que entre en uno, vaya después al otro. Eso parece indicar escasa modestia o una exigencia por mi parte. No es eso: se trata de que muchas cosas de allí se aclaran aquí, o viceversa. Me da igual los que entren pues no tengo publicidad por la que cobrar.

2.


Me había prometido no hablar jamás del Presidente del Paso Azul. No es mi deseo hablar mal de él como personas porque es un hombre excelente. Lo que ocurre es que no lo creo útil como presidente del Paso Azul. No lo veo con cualidades para ello. Por eso me di de baja. Era demasiado estar bajo su presidencia. Yo no me merecía eso. Y él tampoco tenía por qué tener un subordinado como yo: tampoco se lo merecía. Sigo creyendo que flaco favor se hace al Paso Azul teniéndolo de jerarca supremo, con la que ha caído. Pero sucede que el culpable no es él, ni quien lo empuje a la Presidencia, que tiene derecho a ello, a pesar de que no pasará por haber sido un buen Presidente: los culpables son quienes lo han vuelto a votar. Según informaciones no muy creíbles, se celebró el triunfo hasta altas horas de la noche y a mí qué. ¿Por qué no hay nadie que quiera abandonar un cargo? No sé si los estatutos permiten que haya un tercer mandato. Sería demencial. Ya veremos. Eso sí, me consta que ya hay mujeres arrepentidas de haberlo empujado a la presidencia y haberlo votado la primera vez, hace ya cuatro años. Para cuando se vaya, ya no necesito volver al Paso porque estaré pre-senil. Lo cual es una ventaja, ya que preguntaré al primero que tenga a mi lado: oye, "¿quién es este chico todo vestido de azul?" Es magnífico no saber quién es (como presidente, repito; como persona, todos mis respetos).

3.



El que me conoce sabe que no soy hombre de asistir a reuniones, veladas más o menos surrealistas, cenas más o menos opíparas, recitales poéticos y cosas de esas, porque soy un tío raro. Chon me pidió un poema para un libro que iban a hacer y presentar en una cena en un hotel de Águilas que está a la orilla del mar, vaya un tostón, sin ningún marinero, vaya un tostón, con la intención de que lo que se recaudase fuese destinado a los damnificados del terremoto, por no decir víctimas. Porque víctima soy hasta yo: los refugiados han traído mucho ruido a la Cala. Como todos lo veranos, pero dos meses antes. Se celebró el sábado pasado y el domingo me dieron un ejemplar del tal libro, obsequio de Chon, que no puedo mostrar porque el escáner lo tengo en Lorca hasta que le encuentre un hueco en el balcón que da a la calle tranquila. Vaya mi aplauso por la iniciativa porque lo importante es hacer algo todos los días para que nadie se olvide de lo que ha pasado y, como ha dicho la lince de la Sinde, ministra a la sazón de la cosa cultural y cinematográfica y teatral, por la gracia del que no se va ni aunque lo echen, esto va para largo, hacen falta muchos billetes. Hasta me parece bien que la gente salga a la calle para recordar los tiempos pasados en una mañana florida del mes que corra. Pero hay que dejar que aterrice la concejala del terremoto que bastante va a tener que soportar. Rudolf Schuler es mejor pintor que yo modelo.

4.

He visto apuntalada la fachada del convento de dominicos que hoy es no sé qué de algo que tiene que ver con otra cosa en la que no creo que era o es aún Lorca taller del tiempo. Lo del turismo es algo que conviene sólo a los concejales que se han de ocupar de la promoción del pueblo, porque poco queda que atraiga ya a los turistas y ver restos de ruinas es algo infumable. Sin embargo, es verdad que Lorca somos todos y que hay que predicar en el desierto para ganar el sermón de la publicidad. Cuanto más se hable de Lorca, mejor: menos se olvida. Soy LORCA y he sufrido un terremoto. No te olvides

5.


 Torremozas es una editorial que se caracteriza porque sólo publica a mujeres. La poesía se escribe por hombres y mujeres. Pero, ¿por qué las discrimina esta editorial? Es como si yo llevara un cartel explicativo: SOY HOMBRE. ¿Acaso no se dan cuenta los viandantes de que soy hombre sin llevar el cartel ni bandera alguna que me identifique como tal? Si por algo no me mola el orgullo gay es porque van emporrados (no de porros sino del paquete interinguinal, que se lo marcan mucho) y emperrados en decirlo, en chillarlo, en hacer cucamonas y posturitas no precisamente de vanguardia. Es mi credo que "en mi coño y mi zaranda, nadie manda", como dice el refrán de manera expeditiva. Y ese creo conlleva mi mayor respeto para la libertad: que cada uno sea lo que quiera. Otros sólo piensan en los numeritos económicos que da la diversidad sexual. Pero no tengo por qué ir diciendo lo que soy o que escribo poesía femenina, porque los hombres no me dejan expresarme libremente, me oprimen, me discriminan, me dan de lado y otros tópicos. ¡Ah!, que los del orgullo gay pueden hacer lo que les salga de lo suyo, el que quiera dar que dé, y el que quiera tomar que tome. ¿No hay una canción que dice


dale que dale que dale,
toma que toma que toma,
tengo una novia que vale
más que la fuente de Roma?


Pero, ¿por qué esta digresión si yo iba a decir algo de un libro de Torremozas?
Perdona, amiga Luz María, pero me haría ilusión que le publicaras a un hombre y no nos discriminaras. Por si te viene bien, tengo algunos inéditos y los puedes leer.


Venía a hablar de una mujer que escribe poesía y que no conozco, aunque sí a su esposo, Félix Grande. Me gustó mucho ÍTACA y algún otro libro suyo que leí en su tiempo. Ahora he comprado en Torremozas un libro de Francisca Aguirre de quien se destaca que es hija de un pintor fusilado por Franco. Bueno, por su régimen. Pero eso lo dice Andrés Sorel que siempre tiene tiempo para decir algo. He leído PAVANA DEL DESASOSIEGO y me ha gustado. No me he preguntado si era mujer u hombre quien lo había escrito, lo sabía por el nombre, y he disfrutado con su lectura porque es superior el libro a las mediocridades que publica la editorial. ¿Porque las escriben las mujeres? Como si los hombres no escribieran o no escribiesen mediocridades también. Se escribe bien o no y ya está, se lleve faldas, se lleve pantalón o se lleve una túnica sagrada o no.


Leed, leed, benditos:


"Detrás de los barrancos del olvido
crecen extrañas flores sin perfume
que cuentan un relato de susurros,
un memorial de sobresaltos:
viejas leyendas que en la sangre duermen
y que a veces se yerguen desveladas
como esos cactus que parecen faros
en mitad del desierto".


Bueno, ya está bien, que la poesía pertenece a LA COLA DE LA CALA.


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