Clemencia Laborda. Dibujo de M. Acquaroni en ABC, 25 julio 1970. |
Clemencia Laborda escribe teatro: Aniversario de bodas, Don Juan en la niebla, En media hora de sueño (en colaboración con Concha Suárez de Otero), Fachada a la calle, Una familia ideal (inspirada en Pride and Prejudice de Jane Austen), La sacristía, comedia dramática de 1957, en 3 actos, Madrid, Alfil, ("Con una trama de thriller, en la que una asesino aparentemente muy peligroso se refugia en un lugar sagrado, La sacristía propone una reflexión sobre el pecado, la culpa y la posibilidad de redención del hombre, desde el punto de vista del arrepentimiento y de la confesión católica que absuelve las faltas cometidas". Vid., César Besó Portalés, "Clemencia Laborda" en El teatro policíaco en la postguerra española (1939-1975). Análisis de Madrugada de Antonio Buero Vallejo. Tesis Doctoral. Universidad de Valencia, 2009), Laura y el ángel y alguna otra que se me escapará.
También escribió un par de novelas, Historia de una niña y El sobrino.
Nos interesa más su producción poética porque andamos detrás de Josefina Romo y el grupo que ella más o menos aglutina y que reúne en ALMA o que se profesan amistad profunda, como Alfonsa de la Torre y Diana Ramírez de Arellano:
Caudal, de la que no poseo noticia alguna.
Jardines bajo la lluvia (Madrid, Afrodisio Aguado, 1943), libro que recibe buenas críticas, escrito en formas clásicas (tercetos, sonetos, décimas, romances, octavas reales). De este libro escribe Tristán La Rosa en La Vanguardia Española, el 28 de noviembre de 1943: "Clementina Labirda se revela como un logrado poeta de inspiración altísima que le lleva a cincelar de primorosa manera las más suaves ternuras que pueden anidar en un corazón femenino, pero sin ñoñeces ni blandenguerías de esas que empalagan hasta el estrago". Melchor Fernández Almagro, en el ABC de 26 de diciembre de 1943, expone: "Bajo el título, un tanto verleniano, de Jardines bajo la lluvia, Clemencia Laborda ha reunido unas poesías de humana emoción. Pero conste que nuestra alusión a Verlaine es puramente accidental, por una mera asociación de ideas en punto a temas. La reacción de Clemencia Laborda frente a los jardines y fuentes a que el simbolismo se mostró tan inclinado y que el 'pouvre Lelian' prefirió ver a luz otoñal, está personalmente lograda, y el instrumento de expresión pertenece a la autora mediante un lenguaje de clásico acento".
Ciudad de soledades (Madrid, 1948), publicado por Josefina Romo Arregui, el nexo de unión entre estas poetas (me refiero a Alfonsa de la Torre, Gracián Quijano, Clemencia Laborda y otras poetas a las que le publicó en su editorial).
Niños y jardines,
Poesías religiosas (1961).
Retorno a la provincia (Caracas, Lírica Hispana, 1961), 26 poemas en torno a Venezuela en los que sobresale la nostalgia. Utiliza las formas clásicas.
Tiempo de hombre, tiempo de Dios (1972)
Veamos unos ejemplos de su poesía, reducida en la actualidad a la consideración de sus poemas para niños:
BRINDIS DE LA AZUCENA
Alza su copa y se mece
blanca sobre su cintura,
en un brindis de agua pura
que el aire dormido ofrece.
Cáliz nevado parece
y su aroma al cielo sube,
enajenando a un querube
que en el cielo vesperal,
como alado mayoral,
está ordeñando una nube.
TENORIO EL SOL
Escala el sol las tapias del convento,
calzando fuego y arrastrando cola
y en éxtasis de amores arrebola
una magnolia que se mece al viento.
¡Bravo, don Juan!, se encuentra en su elemento;
la soledad enajenada viola
y gana una flor más por carambola,
que se consume al fuego de su aliento.
Presto alcanza la torre, huye al ocaso...
Con piel de perla y corazón de raso
queda la flor llorando glorias vanas;
tiembla en la rama, desmayada y yerta
y muere sobre el céspeds de la huerta
mientras doblan por ella las campanas.
José Luis Molina Martínez
Calabardina, 28 octubre 2012
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