Mientras la mesa presidencial se formaba y cada uno tomaba asiento en su lugar correspondiente |
Las fotos procederán, seguramente, de la cámara de un teléfono móvil, de ahí la falta de luz. O, tal vez, fueron tomadas a alguna distancia de los que han de salir en la misma. De ahí que no resplandezcan con todo el brillo que a mí, y, seguro también a la fotógrafa, le hubiera gustado que tuvieran. Pero, aviso: son fotos para el álbum de recuerdos personales. Gracias, Encarna. En la primer foto, obviamente estábamos tomando asiendo o quizá esperando que lo hiciesen los presidentes, el de la RAE y de los Amigos de la Cultura, a quien ayuda el concejal.
El afecto de Encarna hace que me inmortalice en una foto. Como ya he perdido bastantes kilos, no me preocupa. Se me ve observando atentamente. Era un modo de tomar contacto con el público. El público es importante. Si no se logra contactar con él, la cosa sale más fría. Por ello, hay que mirarlo, intimidarlo un poco con esa mirada y acercarlo a la interioridad afectiva del acto. Sólo se consigue si el público viene ya preparado. Y eso lo demuestra con su asistencia. Gracias por ello. El concejal Francisco Montiel, en la presidencia. Impidió al alcalde la recuperación de su enfermedad el estar presente y actuó por delegación. Pues, que todo siga su cauce y se recupere pronto.
En la siguiente fotografía, ya estamos todos los que nos sentamos en "esa ilustre mesa", como la denominé cuando yo ya no estaba en ella, o sea, mientras leía la presentación de la doctora Marita Arcas, a la que insté por enésima vez a que acabara de traducir los poemas del poeta árabe Abenhalaj. Espero leerlos antes de morir. Las cosas se van dejando de un día para otro y, sin darse uno cuenta, llega el último y se va uno a la otra vida sin leer esos poemas tan deseados. ¡Vaya por Dios!, ya me he puesto melancólico. Entre otros recursos que utilicé de entrada en el discurso poético que le dediqué y que pueden leer en este mismo blog, fingí que el deseo de anunciar a la ganadora del Elio 2012 me llevaba a entrar directamente en el tema. Pero no era así. El Excmo. e Ilmo. Sr. D. José Manuel Blecua no venía como Presidente de la RAE, sino como persona particular, indisociablemente, eso sí, unida a su cargo, por lo que no era, para mí, imprescindible, relatar cargos y excelencias. Era un acto amistoso, no académico. Si a alguno no le gustó, pues, lo lamento.
Como veréis, aquí ya está todo "académicamente" correcto. Al hilo de todo esto, quiero destacar que, como la "crisis" ha cambiado el uso de las cosas, aunque yo creo que no, sino que se ha impuesta una economía de austeridad, quizá para evitar la costumbre de la subvención y el clientelismo, aunque no se debe olvidar la necesidad de patrocinar actividades útiles para el entorno social, este tipo de actos se financia enteramente con las cuotas de los abonados a la Asociación. Eso debe ser siempre y para todos. El que quiera fútbol, que se lo financie. Igual que sucede con la cultura. Por eso, hago desde aquí una llamada de atención a los lorquinos para que aumenten el números de afiliados a esta entidad cultural sin ánimo de lucro para que pueda continuar llevando a cabo sus actividades. Por esos mundos de Dios, se ofertan conferencias que pagan los organizadores, por lo que se cobra una entrada a quien quiera escuchar al personaje de turno. No creo que haya que llegar a eso, pero hay que tener en cuenta que actos como este, propios de la asociación, se abren a todo el público gentilmente, pues la asociación está volcada en la ciudad. También hay que agradecer al Presidente de la RAE, casado con una lorquina, María Luisa del Álamo, otra vez y desde aquí mi recuerdo, se haya dignado venir y encontrar un hueco entre tantos compromisos oficiales y profesionales, para estar en Lorca y presentar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y ONGs que pusieron sus vidas en peligro tras el sismo para que Lorca, la ciudad, recobrara su calma entre tanto daño. No sé si eso se ha reconocido, pero yo lo hago desde aquí. Digo que el presidente d ela RAE se llegara a Lorca sólo con ese fin. Y correspondo así al fuerte abrazo cruzado con él, como ya comenté ayer. Un abrazo, amigos. No sé si será este el fin de la crónica de este acto emotivo, correcto, distendido y familiar. Pero aquí estamos y todo es posible.
Calabardina, 24 octubre 2012
José Luis Molina Martínez
Fotos: Encarnación Pérez-Castejón Ruiz.
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