San Clemente es el patrón (religioso) de Lorca, al menos hasta ahora, y ayer, día 23, se celebraba su fiesta. Cuando los inmigrantes pidan que se elimine porque molesta a los que no son creyentes -o sea, de la misma religión-, pues habrá que ver qué soluciones adoptan los políticos, sobre todo si los que lo piden son lorquinos de hecho y de derecho. Pienso que se quitará del calendario. Está sucediendo en otros lados. Pero, cuando ellos detenten el poder, esta fiesta la eliminarán de un plumazo. No sé a qué viene el fariseismo de tratar de eliminar la religión (católica) de la vida pública, cuando las demás religiones no lo hacen así. Si los inmigrantes se convirtieran en "lorquinos" y aprendieran y sintieran las cosas de Lorca como suyas, eso no sucedería. Pero la campaña laicista, iniciada hacia la segunda mitad del siglo XIX, ha casi triunfado, aunque yo creo que más por demérito de los que detentan el poder religioso que por el valor de las otras religiones. Han enseñado en los últimos años tanto que la civilización clásica no valía para nada, aunque de ella proceden nuestro valores, que se divierte esta sociedad de la ignorancia colaborando en su desaparición. Claro que, eso sucede porque se ha igualado la sociedad, pero por abajo. Por eso se han bajado los objetivos. Reconozco, pues, que hay que ponerlo todo al día. Así la cosa avanzaría y no triunfaría un conservadurismo añejo. Claro que, si la fiesta consiste en celebrar el triunfo del cristiano sobre el moro, pues la cosa va de otra manera, en estos mismos momentos. Habrá que explicar que es una "fiesta" que sólo sirve para mostrar los costosos trajes que se lucen. Pero, así va la cosa. La libertad implica que cada uno se apunte a lo que le guste. Y respeto para todos. Aquí en Calabardina, la fiesta la pasamos tranquilos, los que vivimos aquí, y los que vienen huyendo de la fiesta: no quieren tanto alboroto. Yo salí a la tarde e hice fotografía para ponerlas aquí. He mirado hoy la prensa y todos los días. Y hoy y todos los días me hago la misma pregunta: ¿sólo pasan en Lorca lo que dicen los periódicos? ¿No existen otras inquietudes, no se produce ninguna situación humana ejemplarizante? ¿No hay ningún niño que sufre aunque sea por ir al "cole"?
Así de sencilla fue ayer nuestra vida aquí en el paraíso -cuando no hay nadie- de Calabardina. La última hora tenía hasta un tinte idílico. Aunque es verdad que cada edad requiere lo suyo.
Calabardina, 24 noviembre 2012
José Luis Molina Martínez
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