En verdad, no tiene nada que ver la crisis con esta manera de invernar los alemanes, holandeses y franceses que viven como los caracoles, con la caravana a cuestas. Seguro, seguro, que algún camping ha debido cerrar porque nadie entra en ellos. Tampoco sé si se puede o no acampar de esa manera salvaje desde Calabardina a Terreros. Pero, a mí, personalmente, me parece inadmisible. Da una sensación tercermundista e infame. ¿Qué aporta este turismo a Águilas? ¿Cuánto dinero deja? Ellos sí vienen porque se ahorran los euros que les costaría estar en un camping. No se trata de que no vengan. Ni tampoco de que les eche, en verdad. Sino de que se regule este aparcamiento que ocupa calles, plazas, playas y otras dependencias. No se cierren más los ojos. Esto es la playa del Arroz, bajando a Calabardina, este sábado a las 12 de la mañana. Ya se habían ido cien y entraban cincuenta. Es una exageración pero es ilustrativa.
José Luis Molina
Calabardina, 1 marzo 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario