3. Las apariciones violentas. Logré resistirme a la lectura de los libros de Sabina que estaban meses y meses en las listas de los libros más vendidos. Ni siquiera tengo nada en su contra. Simplemente busco siempre algo más serio que la impresión momentánea de una canción. Quizá sus letras sean menos de la vida diaria, pues de eso ya sé yo lo mío, no en vano hago mis tareas caseras. Pero he sucumbido a MARWAN. He quedado dolorido por soportar su cuerpo sobre el mío. Ya me dirá mi hija cómo ha venido un libro como este a mi librería. Tenía que saber de qué iba. Es un fenómeno social de otro cantautor de los muchos que aparecen de cuando en cuando por Madrid y alcanzan la fama: como Ramoncín, que no sé lo que fue porque este ámbito nunca ha sido el mío. Y sí, estoy de acuerdo con él: todo paraíso es caduco. Como la vida misma. Y cierro el libro porque
Llega la noche.
Descuelgo la desgana de mi vida
y marco en el teléfono la matrícula de tu coche.
Compré la décima edición. Llevaba MARWAN más de 20.000 ejemplares vendidos. ¡Que siga, que siga! rezaba el editor y así ha sucedido con Apuntes sobre mi paso por el invierno, CD incluido. ¡Ay, follantín!
Si me despedí de mujeres extraordinarias
fue por el simple hecho de querer sentir más
cuando el fuego aminoraba,
porque no quería calor, quería quemarme.
Cuando me manifiesto así, no lo hago en desdoro de sus lectores ni de los autores. Estoy significando que no es mi tipo de lectura porque no me gusta el pop ni soy tan joven como para volverme loco por este modo de interpretar una poesía rayana en lo popular. Estoy significando que hay diversos niveles de lectura y hay que encontrar en el que cada uno se sienta más cómodo. A mí me gusta más lo que está enraizado en lo clásico. Sin duda alguna, estos señores son más populares que Manuel Vilas, por poner un ejemplo. Y seguro que venden más que Ana Merino y otros poetas de VISOR.
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